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V. TÍOS.

AL RETIRAR MI CABEZA DE AHÍ, sentía que estaba en un bucle de proporciones y pensamientos místicos. Había quedado en shock, tuve que agarrarme del pensadero para no caer de trasero al piso. Mi cara seguro era un poema, uno indescifrable. Quería decir una palabra, pero no podía. Mi labio temblaba, mientras trataba de asimilar todo. ¿Qué carajos era lo que había pasado ahí adentro? Y lo más importante, ¿Por qué no recuerdo esto? . Estoy más que confundida, más de lo que ya estaba en todo este tiempo. Vine aquí en busca de respuestas y salgo con más de mil. Siento que mi existencia aquí es nula, que mi vida desde que nací fue una mentira. Una mentira en la que estuvieron involucrados todos, literalmente todos. Siempre entendí que yo era diferente a ellos, tal vez ahora termino de entender el por qué. Sus tratos hacia mi, todo era distinto. Era distinto porque yo no era de su sangre. Recibía desprecios, burlas y cosas horribles por parte papá. Y ya veo porque es, él me odia por algo que ni si quiera sabía.

Él me odia por no ser de su sangre.

—¿Pasó algo?¿Qué viste?

Me quedé en silencio, sin moverme.

—¿Willow...estás ahí?

Al oírlo, mis ojos se dirigieron hacia él.

—N~necesito un poco de aire...

Sentía que algo apresaba mi garganta, impidiendo que el aire pase por ahí.

—¿Estas bien?—pregunto, preocupado

Él se acercó hacia mí y me sostuvo del brazo.

—No lo sé—murmuré, por lo bajo

Bill me miró preocupado, tomó mi mano y desaparecimos de ahí. Fue un pequeño flash lo que sentí, por eso cerré mis ojos. Al abrirlos, me encontré con un lugar espléndido. Si no hubiera sido por la situación, lo hubiera hasta disfrutado. Pero no podía disfrutar de esto, no mientras todas esas preguntas querían ser respondidas con rapidez. Ahora mismo estábamos en un acantilado, a metros de nosotros se podía notar la orilla del mar. Había  una casita de campo, en sus paredes estaban incrustadas caracoles de mar y cal de color marrón claro.

—Era de mis tíos—dijo

Sus tíos, los que mandaron a asesinar.

No dije nada, caí sentada de pies hacia la arena. Mis ojos se posaron directamente hacia la dirección en donde estaba el mar; las olas iban y venían sin cesar. Se podía oír el constante flujo y reflujo del mar, acompañado por unas cuantas gaviotas que volaban por encima nuestro. Eso causaba un poco de paz en mi, todos estos ruidos eran relajantes.

Más para este complicado momento.

—Venía aquí de pequeño. Después...simplemente, este lugar quedó más que abandonado.

Me crucé de brazos, colocando mi cabeza entre mis piernas. Él me imitó, solo que no se sentó de esta manera. Soltó un suspiro y me observó. Sus estaban muy azules, más que todas las veces que los admiré.

—Si no quieres hablar, esta bien...—susurró

Si quería, pero olvidé cómo hacerlo.

Bueno, mentira, no quería.

—¿Por qué no viniste más?

—Porque cuando venía me sentía impotente.

—¿Por qué?

—Porque recuerdo el rostro de mis tíos y...tengo odio. Siento odio—aclaró—Odio porque ellos no pudieron salvarse.

Me quedé callada, pensado en qué decir.

𝗛𝗘𝗔𝗩𝗘𝗡 | bill. weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora