XVII

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XVII. DOBBY.

LOS DÍAS PASARON y sentí que fueron como ráfagas. Fue lo mejor, porque cada día nos aburríamos más de estar encerrados aquí. Con Bill ya habíamos hecho todas las cosas que se pudieran hacer en este lugar. Habíamos explorado cada lugar, cada recóndito centímetro de la playa. Tratamos de distraernos con distintas cosas, pero fue imposible. También, jugamos ajedrez. Fue la cosa más aburrida que hice en mi vida. De tanto jugarlo, ya me sabía todos los movimientos que haría Bill. Después, los únicos que nos visitaron fueron: Jackson, Remus con Tonks y Teddy. El pequeño bebé era hermoso, al igual que sus padres. Lo cuidamos por unas horas, recuerdo que nos fue bastante bien. Hasta que comenzó a llorar. Le ofrecimos miles de cosas, pero ninguna quiso. Por esto yo también terminé llorando, mientras Bill intentaba calmarnos a los dos. Al final no lo logró, se rindió y lloró en la soledad junto a nosotros dos.

—¿No tienen algo más...comestible?—preguntó el rubio, sosteniendo un tazón de sopa que Bill había cocinado para lo dos

Sopa que se le quemó.

Parecía diarrea de un bebé trol.

—Está rico, pruébalo—insistió el pelirrojo

Jackson lo miro, haciendo una mueca de desagrado. Posteriormente, dejó el tazón adentro de la heladera y se sentó en una de las sillas que estaba junto a mi.

—Pero está rica...¿No, Willow?

Él me observó, esperando que contestara.

—Si...está...rica.

—¿Ves? Le gustó.

—Claro—ironizó, entre risas

—Pero es verdad...hasta me pidió más. Fue una receta muy difícil de hacer, no entiendo la letra de mamá. Ni nunca lo haré.

—¿Te pidió más?

—Sí.

—Seguro quería envenenar a alguien—murmuró, por lo bajo

—¿Que qué?

Jackson abrió sus ojos, sonriente.

—Que seguro quería enamorar a alguien.

—¿A quién?—preguntó, inmediatamente

—A ti Bill, a ti.

Sonrió, tomando su tazón de sopa.

—Provecho.

—Más que provecho, vomito.

—Jackson—solté

—¿Qué?—espeto, encogiéndose de hombros—Todos sabemos que es verd...

No pudo escucharlo, ya que unos gritos comenzaron a escucharse afuera. Inmediatamente, los tres cruzamos miradas. Nos levantamos y salimos corriendo hacia afuera. A la distancia, pude ver varios cuerpos. Mejor dicho, varias personas. Intenté acercarme, pero Jackson no me dejó. Él fue el primero que fue corriendo hacia allí. Una vez que llegó, nos hizo una seña para que vayamos. Con cada paso que daba, podía ver todo con más claridad. Los que estaban aquí eran: Ron, Hermione, Luna, Ollivander, un duende, Dean Thomas, Harry Potter y Dobby. Este último yacía en los brazos de Potter. No pude entender sus llantos y súplicas de ayuda hasta que los vi ya desde cerca. El elfo estaba herido, tenía una daga cerca de su corazón. Los ojos del niño—.ya hombre.—que sobrevivió, me observaron. Lo único que hizo fue susurrar un: ayúdalo por favor. Y bueno, así lo hice. Con pasos rápidos, me acerqué hacia donde estaba. Saqué mi varita y comencé a susurrar distintos hechizos. Estaba segura de que uno iba a funcionar, pero ninguno lo hizo. El elfo no lo resistió.

𝗛𝗘𝗔𝗩𝗘𝗡 | bill. weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora