IX

2.2K 215 73
                                    

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

IX. SORPRESA PLATINADA.

PODRÍA PASAR VARIAS horas hablando con Bill Weasley pero por desgracia, debíamos volver a nuestras tareas. En las horas que pasaron, me dediqué a mostrarle distintas criaturas que estaban a lo largo del predio. Él quedó sorprendido, más cuando vió la maleta. Específicamente, cuando entramos a ella. Aún seguía intacta como la última vez que entré, pero esta vez tenía más refuerzos. El abuelo no podía correr el riesgo de que se abra, porque sería un caos. Y ya no está tan joven para soportar esos tipos de problemas. Así que con precaución, entramos a ese enorme mundo que estaba camuflado por el peculiar objeto transportable. Adentro de este habían distintas secciones y hábitats para cada una de las criaturas, de esta manera nos asegurábamos  de darles la mejor calidad de vida posible en su estadía. Y también, nos encargábamos de criarlos con amor y cariño.

La pierna del pelirrojo ya estaba mejor, el único efecto secundario que tuvo fue que la zona afectada se tornó de color negro. Era normal, no había que preocuparse tanto por eso. Pero bueno, el abuelo de igual manera nos recomendó que vayamos a San Mungo. Y así lo hicimos, al llegar rápidamente se lo llevaron a la primera planta; que era la de heridas provocadas por criaturas. Mientras lo revisaban, me hicieron esperar en el pasillo. Pensé que lo atenderían rápido, pero no fue así.  Había muchos pacientes que atender, él había quedado último. Así que por eso, preferí ir a la quinta planta. Ahí estaba el salón del té, comida y regalos. Compré un pastel de calabaza, Empanadas de Cornualles, Tritones de jengibre, Melcochas y Jugo de calabaza. Una vez que me dieron todo, regresé hacia la primera planta. Aún no había señales de Bill, así que me senté a esperar. Mi estómago rugía, no podía contenerme con todo lo que tenía ahí. Además, no habíamos desayunado nada de nada.

Sería un pecado no probar un bocado.

Por eso, decidí darme le gusto y comer un Bollo de Bath. Hace mucho no comía uno, era delicioso. Este se derretía en tu boca como agua. Era denso y dulce, relleno de pasas y piel de fruta, recubiertos con azúcar blanca.

Podría comerme unos cien más.

—¿Familiar de Weasley, Weasley William?

Mi pregunta en este momento era, ¿Justo ahora que estoy tragando me llaman? . Rápidamente, terminé de comer. Limpie mi boca y me levanté para ir hacia donde estaba el sanador. Era un hombre alto y castaño, de unos cincuenta años, más o menos.

Aquí—se escuchó una voz femenina

Que, claramente, no fue la mía.

Al girar sobre mis pies, encontré a una mujer. Era esbelta, con ojos azules y cabello platinado. Llevaba una ropa fina, pero no tan elegante. Ella era: Fleur Delacour. Mis ojos quedaron abiertos, desorbitados. ¿Qué hacia ella aquí? ¿Cómo se enteró? . Mientras mi cabeza pensaba esas y más preguntas, ella pasó por mi lado. Y se fue con el sanador, dejándome sola. Fui ignorada, remplazada por esa. Justo ahora, ¿No? No me refiero a sus supuestas clases de particular que tiene con él. Que estoy segura que son eso con algo más, ahí entre esos dos hay interés.

𝗛𝗘𝗔𝗩𝗘𝗡 | bill. weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora