𝗛𝗘𝗔𝗩𝗘𝗡 | bill. weasley

IV

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IV. PELEAS

DESPUÉS DE ESA INCÓMODA y misteriosa cena, logré descifrar quién era esa chica. Era Fleur Delacour, la que participó en el torneo de los tres magos. Esa Francesa, esa era menor que él. Es tan hermosa que hasta me sentí un poco celosa, pero después se pasó. Bueno, eso es lo que yo creí. Tampoco me cayó tan bien que le esté dando clases particulares de español, yo la escuché y hablaba bien. Con unos pocos errores, pero lo hacía. No le veía necesidad de hacerlo. Y más, haciéndolo gratis. Yo si fuera William le cobraría, aunque sea con un pedazo de comida. En este vida nada se consigue gratis, a excepción de sus clases.

Yo nunca tuve una de esas. Pero bueno, tampoco las necesitaba tanto como ella.

La señora Weasley me había mandado a dormir en una de las habitaciones, en la cual estábamos todos. Literalmente, desde mis antiguos compañeros hasta los nuevos. Fue incómodo, si. Y eso que si ni quiera entre a la habitación. Estoy segura que de esa mezcla no saldrá nada bien. Por eso decidí quedarme sentada en el pasillo, mientras escuchaba a Sirius gritarle a sus madre. Si, había un cuadro tan odioso de una señora que te insultaba de pies a cabeza. Hasta a mí me lo hizo, pero no fue tan fuerte como los demás. Solo me dijo: maldita traidora a la sangre. Fue gracioso porque me lo dijo en francés.

—¿Todo bien, zarigüeya?

Al escuchar esa voz, inmediatamente mire hacia arriba. Era Jackson, obviamente.

—¿Cuándo dejarás de apodarme como un animal?

—Jamais «Nunca»

Él se deslizó contra la pared, hasta llegar a sentarse a mi lado. Soltó un suspiro y comenzó a juguetear con sus pies.

—¿Qué te pasa?

—No me pasa nada.

—Si que te pasa—canturreo, moviendo sus dedos de un lado hacia el otro

—Te estoy diciendo que no.

—¿Entonces por qué no entras con nosotros?

—Justamente por eso—contesté

—Ay, Willowbie. No mordemos.

Carcajeé por lo bajo.

—Es...raro. No lo haré.

—Solo deja el pasado y vive el presente, nena.

—No puedo vivir el presente recordando todo lo que me dijo...él.

—¡Lo sabía!—gritó, recibiendo un golpe de mi parte

—Shhhh, despertaras a mami Black.

—¡Que me escuché, vieja roñosa y maleducada!

Después de eso, fue inevitable que ambos riéramos. Hasta que, poco a poco, nuestras voces comenzaron a disminuir. Y así, quedamos en un pleno silencio.

—¿Es por Bill, no?—volvió a hablar

Levanté mis cejas y negué al escuchar ese nombre.

—¿Por él? Pufff. No es por él. No todo gira alrededor de Bill Weasley.

—¿Por Flegggrrr?

Me quedé en silencio.

Tampoco todo giraba en torno a ella.

—Tranquila, no es la gran cosa. Solo le enseña español, nada más—murmuró, observándome de reojo—No hay nada ahí. Es lo que creo.

Por un segundo, me quedé analizando eso.