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I. BODA.

LA CAÍDA DE DUMBLEDORE fue lo último que todos necesitamos para entender que la próxima guerra mágica estaba tocando nuestras puertas

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LA CAÍDA DE DUMBLEDORE fue lo último que todos necesitamos para entender que la próxima guerra mágica estaba tocando nuestras puertas. Muchos no lo aceptaron, pero la otra mayoría si. El mundo se convirtió en un descontrol, había caos por doquier. Las personas seguían desapareciendo; los lugares quedaban hechos pedazos; el porcentaje de mortífagos aumentaba y las tropas de El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado cada vez crecían esporádicamente. Ya ningún lugar sobre o bajo tierra era seguro. Cada día más crimínales lograban escapar de azkaban, llevando más miedo a la sociedad. El ministro de magia mediante varios anuncios aceptó que Lord Voldemort regresó, pero lo que afirmó de manera muy segura fue que el ministerio se mantenía fuerte, seguro e imponente. Que los del otro bando nunca podrían provocar un golpe de estado. Y eso fue el peor error que pudo cometer, porque siempre supe que sería una vil mentira. Tarde o temprano, él también caería. Y la maldad se expandiría como un veneno oscuro y mortal.

La orden del fénix cada vez se agrietaba más, muchos magos y brujas se bajaron de esta. Y bueno, lamentablemente, también murieron. Éramos pocos los que quedábamos, casualmente somos los más leales y comprometidos. Entre el montón estábamos: La mayoría de los integrantes de la familia Weasley, Lupin, Tonks, Fleur, Kingsley, Moody, Alexander, Jackson y yo. Por los últimos acontecimientos en la madriguera tuvimos que ir a residir a Grimmauld Place. Las últimas reuniones de la orden también se hicieron allí. Nosotros nos tuvimos que quedar más o menos unas dos semanas más, hasta que ya pudimos regresar a la Madriguera. A pesar de que fue con magia, fue muy costoso comenzarla desde cero. El incendio que crearon los mortífagos la noche de navidad arrasó con completamente todo lo que estaba ahí. Solo quedaron cenizas y minúsculas partículas de material.

Mi vida cambió de un día para el otro, ahora ya no me podía levantar segura. Todos los días había un nuevo miedo; desde salir a buscar algo hasta cuando Bill se iba a trabajar. Él aún lo hacía, a pesar de que le dije que no era necesario. Viviríamos con el dinero justo, pero estaríamos seguros. Aclaración: él estaría seguro. Desde su ataque me quedó miedo, un miedo inmenso a no volver a verlo nunca más. Es un sentimiento horrible, porque también viene acompañado de síntomas corporales. Tales como nudos en la garganta y dolores en el pecho, que parecen ser interminables. Cuando cierro los ojos, muchas veces puedo recordar la última escena de él. Recuerdo cómo casi se muere en mi brazos. Y eso, eso solo puede llegar a destruirme en un mínimo de segundos.

Él se había vuelto mi debilidad, él se había vuelto y convertido en mi grande amor.

Había perdido la cabeza por su culpa.

—¿Estas bien?

Al escuchar eso, dejé de buscar las cosas en el armario. Solté un gran suspiro y me di la vuelta. Ahí estaba mi pelirrojo favorito.

𝗛𝗘𝗔𝗩𝗘𝗡 | bill. weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora