↷ La vida de una chica que rompe maldiciones más que vivir es muy fácil, relativamente. En el intento trata de no morir y también, trata de sobrevivir al estúpido pelirrojo que tienes como compañero↶
hermosa portada hecha por la genia de @amygranger...
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ESTUVE CONTANDO LOS DÍAS para que el tan esperado baile de navidad llegara, y cuando lo hizo, simplemente quise retroceder el tiempo hacia atrás. Estaba muy nerviosa, me sentía una adolescente en todo sentido.
Me sentía como ese tipo de chica que se muere de vergüenza por su primera cita, aunque esto no era una cita. Yo solo acompañaría a Bill al baile, era un favor de compañero a compañero. Así que no entiendo por qué diablos me ponía así. Simplemente quería estar tranquila, pero no podía. En estos días compré un vestido, era precioso antes mis ojos. Pero ahora, ahora siento que es más que horrible. Ni si quiera quiero salir de la habitación, siento que haré el ridículo. Las horas que mi trasero estuvo sentado frente al espejo no fueron suficientes—y eso que fueron como cuatro—Lo que más me llevó tiempo fue el cabello y maquillaje, no sabía qué cosas ponerme. Así que me decidí por lo simple y sencillo; el pelo al natural y un brillo labial. Después me coloqué unos pendientes y un collar, que combinaban con el vestido negro, brillante y largo.
De por si ya estaba nerviosa, la presencia de los chicos me ponía aún más. Así que ellos decidieron ir junto a los demás Weasley's.
Pero ahora solo faltaba que vengan a buscar.
Y eso me hacía sudar como un animal. No sé cuantas veces había caminado alrededor de la habitación para poder bajar un poco la alteración que tenía. Habré estado quince minutos así, hasta que la puerta sonó. Inmediatamente fui hacia el espejo. Me observé por última vez y acomodé mi cabello.
No estaba lista para salir, no quería.
—Willow...¿Estas?—se escuchó a través de la puerta de madera
Era Bill, sin duda.
—Si, un momento.
«Todo estará bien, tú estás bien» Fue la última frase que repetí antes de ir a abrir la puerta. Al hacerlo, lo primero que observaron mis ojos fue a Bill. Él estaba muy elegante, lindo. Llevaba una túnica azul marino, que combinaba muy bien con sus ojos. Su pelo estaba peinado, y si no me equivocaba un poquito más corto. Aunque no había perdido ese look rebelde que lo caracterizaba.
Lucia perfectamente para la ocasión.
Por unos segundos, la profundidad de sus ojos azules se sumergió en mi mirada. El no decía nada, solo se quedó callado. Estaba hipnotizado, y al estarlo, causaba que miles de pensamientos pasaran por mi cabeza.
«Tal vez no fui de su agrado» fue la primera que se me ocurrió.
—¿Tan mal estoy?
Al oírme, movió su cabeza. Volviendo a la realidad que nos atormentaba a ambos.
—¿Qué?—susurró, frunciendo su entrecejo—No, no estás tan mal. Te ves...te ves bien.
