Sé que algo está mal, mi intuición me lo dice a gritos. Pero... ¿Qué puede ser? Todo iba muy bien, los besos estaban subidos de tonos y me encantaba, de pronto se alejó y de ahí todo cambio.
Al llegar de nuevo al lugar, había una tención que se podía cortar con una cuchilla, al cabo de una hora volvimos a la "normalidad" por así decirlo, comimos, charlamos, jugamos con Connor y por último, nos bañamos en el lago.
Suspiro con pesadez y miro detenidamente al conductor del auto, después de recoger las cosas, el camino ha sido silencioso, el pobre cabeza de limón se quedó dormido en menos de 15 minutos, Lucca se fue con su novia en su auto y no tuve más remedio que regresarme con él.
Hendrick está concentrado en la carretera, constantemente mira el espejo para verificar que todo marche bien en la parte de atrás, pero no habla conmigo ni me mira una vez.
Odio sentirme de este modo, indefensa sin saber que decir, sin un argumento o valides para preguntar de sobre su actitud y me molesta demasiado. Sé que tiene algo, pero nunca habla, es un cofre con su cerradura, lo peor de todo es que no tiene duplicado la llave y el único que posee una es él.
Quisiera tener ese bus mágico donde los niños se podían hacerse pequeños y adentrarse en el cuerpo humano, así podría ver sus pensamientos, comprenderlo y sobre todo salir de la incertidumbre.
Quiero apoyarlo, ayudarlo y ser esa mano amiga. Quiero que me vea así.
Su pareja.
Cuando veo que estamos próximos a llegar a casa, aprieto mi bolso de mano, al igual que mi sombrero contra mi pecho, espero el momento que apague el auto y así podré escapar.
¿Maléfica?
¿Dónde estás?
En estos momentos me encantaría ser como tú. Una mujer que gracias a un hombre quedo sin sentimientos y no volver abrirme a nadie.
Pero a decir verdad, tampoco lo deseo.
En menos de un minuto, Hendrick apaga el coche y esa es mi señal para bajar del auto. Abro la puerta, cuando de pronto escucho su voz.
—Loto...— espero una explicación mientras miro hacia ventana— buenas noches.
Son sus únicas palabras. Sin mirarlo, bajo y cierro la puerta. Paso a la ventanilla del conductor, y dejo un beso en la ventana.
Sí, lo hice. Poco saludable y lleno de gérmenes, pero ya que.
Al alejarme, siento su mirada en mi espalda y con todas las fuerzas de mi dignidad, entro sin ni siquiera mirarlo.
Me apoyo en la estructura de madera con el corazón algo lastimado y un poco dolido.
—Hiciste bien, Loto. Hiciste bien—murmuro para mí misma.
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LOTO🌸|COMPLETA|
Lãng mạnSi te ofrecieran irte por un año completo y dejar tu vida atrás ¿Lo aceptarías? La respuesta de Loto fue un rotundo: SÍ. Luego de encargarse de la empresa de su padre a muy temprana edad y ser plantada en al altar, acepta la oferta de su progenitor...