Mini maratón 3/3
Los nudillos quedan suspendidos al aire viendo la estructura de madera, dudo en tocar o llamar el timbre. Repentinamente la sudoración hace presente en mi frente y cuerpo completo.
Suspiro, niego con la cabeza y me retiro del lugar. El sol todavía no ha salido, no quiero asustarla ni que piense que la estoy acosando.
Después de verla entrar a casa, acostar a Connor y tomar una ducha fría, no pude pegar el ojo en toda la noche, los besos de Loto venían una y otra vez a mi mente, recreando las escenas numerosas mente, tanto así que fueron dos duchas más que tuve que darme.
Ella fue adictiva.
Por tal motivo me encuentro en la puerta a estas horas de la mañana, deseoso de hablar con ella, platicar sobre lo que paso y buscar especie de una "solución", o mejor dicho, tratar de llegar algo.
La rubia me gusta y mucho, es algo que he venido negándome desde que la vi, incluso, Lucca repetidamente me lo decía, en cambio yo decidía negar lo evidente, pero ya no más.
No puedo ocultarlo más.
Me gustaría intentar algo, ir un poco más despacio a lo que paso en la rueda, o eso espero.
Si se repite, no me quejaría en ningún momento.
Llego a casa un poco abatido por lo sucedió, agregando mi cobardía. Me encargo de los quehaceres de la casa y hago una nota mental de hablar hoy con ella.
No pasará de hoy.
El día ha sido caótico o me quedo corto con esa expresión, acabo de darme de cuenta que hoy es la cena de los padres de familia y también, he quedado en ayudarle a la profesora de Connor en hacer la reserva en el restaurante, incluso mi tiempo ha sido limitado, que no he tenido el tiempo de hablar con la rubia.
Me lamento no poder llamarla, pero como todo un hombre prefiero decir las cosas de frente, es lo más conveniente y cómodo. Me siento seguro.
La señorita Smith llega a eso de las 4 de la tarde un poco desconcertada, estas reuniones se hace con el fin de acércanos como comunidad estudiantil. Nuestro pueblo es muy unido tanto así que lleva dicha tradiciones a nuestros hijos.
—Esto es todo— dice la pelinegra mirando su ordenador. —Ya hice la reserva y los padres acaban de confirmar— explica mirándome.
—Qué bueno que nada se salió de control.
—Casi muero de la preocupación señor Reed, gracias por ayudarme.
—Para eso formo parte del comité— le recuerdo mi compromiso.
—Ojalá todos los padres fueran como usted— anuncia parándose de su asiento, sigo sus pasos y le abro la puerta trasera de la cocina. Ella prosigue y camina hasta estar al lado del auto.
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LOTO🌸|COMPLETA|
RomanceSi te ofrecieran irte por un año completo y dejar tu vida atrás ¿Lo aceptarías? La respuesta de Loto fue un rotundo: SÍ. Luego de encargarse de la empresa de su padre a muy temprana edad y ser plantada en al altar, acepta la oferta de su progenitor...