Si te ofrecieran irte por un año completo y dejar tu vida atrás ¿Lo aceptarías? La respuesta de Loto fue un rotundo: SÍ.
Luego de encargarse de la empresa de su padre a muy temprana edad y ser plantada en al altar, acepta la oferta de su progenitor...
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La taza caliente de café reposa en la vieja mesa de madera, su humeante vapor se eleva por su temperatura, al contario del clima del pueblo, el cual había amanecido muy frío y según el pronóstico una fuerte tormenta se acercaba para esta noche.
Ese es un tema que me preocupa un poco por mi vecina. Loto le teme a la lluvia. Recuerdo las palabras de su madre la última vez.
Ahora tengo otro problema. El día de ayer, los recuerdos de Arya me llegaron toda la tarde, inclusive en la noche.
El sonido de la campanilla distrae mis pensamientos y sonrió al ver a la persona entrando al café. El hombre canoso de sonrisa dulce y ojos gentiles, llega hasta mi lugar, nos saludamos por medio de un abrazo fraternal y pide lo mismo que tengo para tomar.
—A mi edad, he visto y escuchado cosas increíbles y poco creíbles— rompe el hielo—Pero una llamada tuya mi querido Hendrick, realmente me dejo anonadado. — Río con algo de pena.
A decir verdad, yo también me sorprendí un poco al llamarlo esta mañana.
—Dicen que la vida nunca nos acaba de asombrarnos, Jerry. — El anciano asiente con su cabeza, da las gracias por el café servido y toma un sorbo.
—Siempre placentero. Ahora sí, señor Reed. ¿En qué te puedo ayudar? — su postura cambia, y vuelve a ser el hombre que conocí hace 6 años atrás. El psicólogo que me ayudo con mi tratamiento.
La pérdida de mi esposa me afecto abruptamente, no comía ni dormida, ni mucho menos pensaba con claridad. Mi madre al ver mi comportamiento, busco ayuda y gracias a este viejo amigo, ahora puedo decir que salí del hueco donde me encontraba, viendo que la vida continúa contigo o sin ti.
Ahora mi hijo es mi prioridad sobre todas las cosas, luego vienen las añadiduras como mi familia y el trabajo.
Aclaro mi garganta y hablo claramente sabiendo que solo somos nosotros dos en el establecimiento.
—Me gusta alguien. — Sus ojos de abren un poco y asiente esperando la continuación. —Me gusta mucho.
—Eso está bien, continuar con nuestra vida personal es un gran paso y te lo dije un montón de veces. Darnos una segunda oportunidad no está mal, no estas engañando a nadie ni lastimando. Lo sabes, ¿Verdad?
Me remuevo incomodo en el asiento, bajo la cabeza y fijo mi mirada en el reloj que llevo puesto.
—Ella— murmuro— Ella volvió aparecer en mis pensamientos. — Levanto mi mirada—sus palabras, gestos, muecas, inclusive su risa se aparecen constantemente.
—¿Desde cuándo lo hace? — pienso detenidamente su pregunta. Quizá desde hace unas semanas.
