Si te ofrecieran irte por un año completo y dejar tu vida atrás ¿Lo aceptarías? La respuesta de Loto fue un rotundo: SÍ.
Luego de encargarse de la empresa de su padre a muy temprana edad y ser plantada en al altar, acepta la oferta de su progenitor...
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Alguna vez escuché que si todos los días veías el cielo, por al menos 5 minutos al día, eso significaba que tenías una vida alegre y tranquila.
En mi caso lo aplico en las noches, cuando me permito deleitar el cielo nocturno con sus brillos parpadeantes.
Lago Cristal brinda una vista maravillosa, gracias a que está ubicado lejos de la contaminación de la ciudad.
Bebo mi vino.
Desde mi confesión y el cumplimiento de una de mis fantasías sexuales, el cual fue caliente y fogoso.
Tanto Hendrick, como yo, hemos tratado de que nuestra relación funcione de la mejor manera.
A veces tenemos nuestras diferencias, gustos distintos u opiniones opuestas. Hemos llegado a alzar la voz e incluso a dejarnos de hablar por unas horas. Pero, de algún modo u otro me encanta no coincidir con él en todo. Inclusive, más de una vez me he llegado a escabullir de mi casa hasta la suya, para "hablar" de nuestros problemas.
Bueno.
No tanto hablar.
Dialogar... Sí, nuestros cuerpos conocen muy bien ese proceso.
Todo esto, hace que nuestra relación se solidifique. Cada día vamos construyendo nuestro propio hogar, ladrillo tras ladrillo.
Ahora trabajo tres días en la ciudad y dos acá, obviamente contando el fin de semana. O simplemente él visita la ciudad con el cabeza de limón.
Las relaciones también se basan en sacrificios y los dos nos hemos dado de cuenta que merecemos una segunda oportunidad, por él, por mí y nuestro pequeño orgullo.
Porque Sí, ahora Connor se ha instalado más que nunca en mi corazón. No soy su madre biológica ni intento hacerlo.
Pero el amor que tengo hacia él es puro y sincero.
Toco su cabeza y le bato un poco su cabello.
El cabeza de limón hace un gesto y vuelve a acomodarlo como estaba antes. Bebe de su juguito de caja sin prestarme atención.
Lo miro indignada.
—Amor, tu hijo me ignora—acuso a Connor infantilmente.
—No es verdad, papi. La mujer bonita me despeino.
—No es verdad. Solo te toque.
—Mujer bonita, mentir es malo. Acuérdate. Te pasará como pinocho— su dedo acusador me señala.
Llevo mis manos hasta mi nariz y la toco verificando que todo está bien. Mi vecino ríe y junto a él su padre.
Abre paso para besar a su hijo en la frente y a mí un beso fugaz en los labios. Hago mohín.
