Si te ofrecieran irte por un año completo y dejar tu vida atrás ¿Lo aceptarías? La respuesta de Loto fue un rotundo: SÍ.
Luego de encargarse de la empresa de su padre a muy temprana edad y ser plantada en al altar, acepta la oferta de su progenitor...
Dedicado a cada una de ustedes, que han sentido, llorado, reído, frustrado, disfrutado... y me han apoyado. Muchas gracias.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sudor baja por su frente, la rubia arruga el ceño y le limpio el agua con el pañuelo que tengo en una de mis manos, las maquinas del hospital suenan levemente por toda la habitación, me fijo en el reloj de mi muñeca y concreta 5 minutos.
Loto apoya la cabeza de nuevo en la almohada y me regala una pequeña sonrisa, no dudo en responderle.
—¿Cuánto fue?
—5 minutos. — al responderle alza sus cejas y se lleva la mano hacia su vientre.
Y sí, en este momento estamos teniendo a nuestro bebé.
Desde el momento que mi esposa me dio la noticia en ese lugar que es especial tan para nosotros, el camino del embarazo ha sido toda una montaña rusa, sobre todo para ella, los tres primeros meses transcurrido como sin nada, a medida que el vientre iba sobresaliendo sus emociones explotaban por todo y por nada.
Siempre estuve para ella y lo seguiré estando.
Trate y trato de entenderla durante todo su proceso, siempre al lado de ella dándole todo lo que necesito y necesita, nuestra relación subió un escalafón que nunca pensé que existiera, pero todo llena nuestro hogar, el cual pasará de 3 a 4.
Soy feliz con ella, Connor y el o la pequeña que esta a punto de nacer, porque sí, decidimos no saber y que fuera sorpresa, sobre todo por nuestra familia, ya que las apuestan están altas y nadie quiere perder.
Sobre todo, yo.
Soy el papá y quiero tener alguna ventaja.
—Por Ariel y su hija, Hendrick, dame la mano por favor.
Una contracción le llega, esta hace que Loto haga una mueca de dolor y especie de un sonido, inmediatamente me fijo en el reloj y esta fue mucho más cerca.
Limpio mi mano contra el pantalón, el tiempo se acerca y no sé si estamos listos.
—¿Cuánto?
—Tres minutos.
—No. — su voz suena como queja, me asesoro de limpiarla bien y desearía poder cambiar de lugar con ella.
—No lo volvamos hacer.
—¿Eh? — me siento perdido sin saber a lo que refiere.
—Estoy hablando de tener otro bebé, amor. No sé si lo soportaré.
