-Pero bueno Horacio, ya era hora, ¿Cómo se encuentra?.- preguntó Volkov.
-Comisario, hola, me duele la pierna y no creo que pueda caminar, le pediré a Conway unos días.- hablo Horacio.
-No se preocupe, no se los pida a el, yo sé los daré, venga, le ayudo a levantarse; lo llevaré a su casa que debe descansar, los demás se encargarán de procesar a los sujetos.- dicho esto Volkov ayudo a Horacio a levantarse del suelo y con mucho cuidado lo llevo al coche patrulla.
Una vez cerca, Yuu le abrió la puerta del copiloto al comisario y este metió con sumo cuidado al menor, al abrochar el cinturón; Volkov se acercó mucho al cuerpo del contrario, se quedó unos minutos más fingiendo que abrochaba el cinturón solo para poder seguir oliendo al de crestas, quien a pesar de estar por horas liándose a tiros en una licorería, seguía oliendo a rosas, el aroma era sutil, pero al comisario le agradaba.
-Comisario, ¿Todo bien?- pregunto Horacio, puesto que Volkov seguía ahí, con problemas para abrochar el cinturón.
-No, ya está, listo, en cinturón no abrochaba.- dicho esto el mayor se apartó de Horacio, cerró la puerta del auto y lo rodeó para colocarse en el asiento del conductor.
-Yo podía haberlo abrochado, no era para tanto.-
-No es nada, tranquilo, marque su dirección en el GPS por favor.- mientras Horacio marcaba la dirección del edificio en el GPS, Volkov dio indicaciones en la radio.- bien, los agentes que ya estén en pie, por favor procesen a los atracadores, en un momento estaré allá, agréguenles los cargos correspondientes.- el ruso volteo y vio la dirección marcada, se dispuso a silenciar la radio y comenzó a manejar.
-No se hubiera molestado en traerme, de verdad, Gustabo podría haberme llevado a casa y todo bien, solo le quito tiempo.-
-No, tranquilo, no pasa nada, Gustabo hubiera tardado mucho en asistir y es preferible que usted descanse.-
-Bien, pues muchas gracias entonces.-
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Horacio estaba totalmente confundido, no sabía porque el comisario lo ayudaba de esa manera, no sabía cómo sentirse al respecto, puesto que todo era extraño con las atenciones hacía el.
Al llegar al edificio donde los dos vivían Volkov bajo del coche patrulla, rodeó el mismo; abrió la puerta del copiloto y ayudo al menor a salir del auto.
-Venga, no recordaba que vivíamos en el mimos lugar, ¿Está encima de mi?.- pregunto Volkov mientras ayudaba a Horacio a caminar para poder entrar al edificio.
-¿Cómo?.- el menor no había entendido a qué se refería.
-Me refiero a que si usted está un piso por encima de mi.- explico el ruso.
-Ah vale, no, vivimos en el mismo piso.- hablo Horacio.
-Perfecto.-
Volkov sabía que Horacio vivía en el mismo edificio que el, puesto que ya lo había visto en el elevador unas cuantas veces, había preguntado todo eso solo para sacarle conversación. El ruso no sabía porque pero le gustaba charlar con el menor, Volkov podía hablar hasta de una pelea de hormigas y nunca se aburriría; y apenas se estaba dando cuenta.
Al entrar al elevador el mayor marco el piso en dónde vivían, al llegar ahí Horacio se dio cuenta de que el no traía sus llaves, ya que todo lo había dejado en la taquilla de la comisaría, puesto que así lo dice en el reglamento.
-Comisario, tenemos un problema.-