Volkov no quería hacerse cargo de la malla, y pensó que no sería necesario ya que estaba el superintendente de servicio.
Se limitó a ir al parking de comisaría para sacar del garaje al famoso Putin. En cuanto se iba a subir, el super habló por radio.-Bien nenas, James con Moussa, Zeta diez. Leónidas en mery, Zeta veinte; Volkov y Gustabo conforman Zeta treinta. Horacio y yo somos mando.- una vez dicho eso, de dispuso a ir al garaje para sacar su patrulla e ir con Horacio.
Volkov solo de limitó a hablar por radio para decirle a Gustabo que lo esperaba en el parking. Mientras lo esperaba decidió mandarle un mensaje a Greco preguntando por la pequeña gatita.
-Hola Greco, ¿Cómo vas con la gatita?- é{ pensó que aún estaría durmiendo pero se sorprendió al ver que estaba escribiendo.
-Buenas Volkov, pues de puta madre, le di de comer y se durmió, todo bien- al terminar de leer solo rodó los ojos.
-Bueno, los dejo, tengo que patrullar- Al terminar de escribir vio como Gustabo se acercaba al patrulla con un paso rápido.
Volkov se subió al patrulla, puesto que se negaba a dejar conducir al "nuevo."
-¿Que pasa Comisario?, disculpe la tardanza, aún no de bien dónde quedan los baños y me estaba meando pero terrible eh.- dijo Gustabo entrando al patrulla, no sabía bien que pensar sobre él o cómo iba a tratarlo.
A pesar de que Viktor fuera una persona fría o la vieran así, el podía llevar una relación de amistad muy buena, como pasaba con Greco cuando no estaban de servicio, eran como hermanos, en servicio procuraban ir siempre en binomio y se protegían uno al otro, era una amistad que cualquiera quisiera tener, Volkov tenía sentimientos y las pocas personas que lo conocían así se les hacía divertido el hecho de verlo tan frío y seco cuando estaba de servicio.
-Bien, mucho gusto Gustabo, limítese a darme explicaciones sobre cómo se estaba meando, por favor.- cuando terminó de hablar encendió el patrulla y se dirigieron a hacer su respectivo diez treinta y tres.
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Por otro lado, Horacio patrullaba con el super pero estaba totalmente perdido en sus pensamientos desde que vio al Ruso.
El comisario se le hacía una persona sumamente atractiva y no podía negarlo, desde que lo vio simplemente le gustó y no sabía cómo sentirse al respeto.
¿Qué pasa muñeca?, Todo bien por allá o qué?.- El super era quien manejaba, sin embargo se había dado cuenta de la ausencia de el cresta.
-No nada, solo quería hacerle una pregunta.- Horacio solo miraba al mayor, decidiendo si quería hacer esa pregunta o no.
-Hazla coño, ¿Qué quieres saber?.- hablaba sin quitar la vista del camino, no quería tener un accidente por estar buscando chisme con el menor.
-¿Cuántos años tiene Volkov?- el menor volteo a ver incrédulo al super al ver que este se reía y no hacía nada por tarta de callar su risa.
-Pero si apenas lo conoces, que dices capullo, como te puede gustar tan rápido- Conway aún no podía creer que en verdad le gustara o algo parecido, se le hacía extraño el hecho de que hubiera preguntado sólo por él cuando habían algunos más de la malla que antes les había presentado.
-Pues nada más, no me gusta, solo tengo curiosidad- para esto el menor ya tenía un poco roja la cara y trataba de no mirar al super.
-Venga, te creeré lo de la curiosidad, pero a decir verdad creo que deberías preguntarle a él, de seguro te dirá, y ya no seas tonto y céntrate que tenemos un código tres.- termino de decir Conway y se dirigió a la licorería en la cual había saltado la alarma del código tres.
Horacio solo asintió y se preparó, viendo como el super avisaba que estaban asistiendo.