Volkov no sabía que responderle a Horacio en esos momentos, él no recordaba nada de lo sucedido aquella noche, sin embargo, el sabía que no podía hacer cosas así, y mucho menos en una fiesta en la cual había compañeros del cuerpo.
No por lo que dijeran los demás, si no por la mala imagen que le daría al cuerpo policial el hecho de que un comisario se estuviera besando con un subinspector.-Pero que dices, Horacio eso es imposible, ¿Si?, Tal vez le están jugando una broma de muy mal gusto, y quiero que la pare antes de que todos los de la desagradable broma sean degradados.- al terminar de hablar, el mayor salió cerrando fuertemente la puerta al salir.
El de crestas simplemente se había quedado ahí, con la palabra en la boca, el había salido antes de que pudiera siquiera responderle un 10-4. Después de unos pocos minutos, el menor decidió salir del despacho para seguir patrullando de manera normal, pensando seriamente en si realizaría un 10-10 para hablar del tema de la broma; puesto que la seguridad del comisario al comentar que eso sería imposible hizo que Horacio se diera cuenta de que tal vez podía ser una broma de muy mal gusto por parte de sus compañeros.
Al salir se dirigió al garaje en dónde Gustabo lo estaría esperando.
-Horacio coño, casi me voy a patrullar con Greco, ¿todo bien?.- el rubio cuestionó al de crestas ya que al acercarse vio su rostro, el cual mostraba arrepentimiento, pena y cierta culpa por no haber investigado un poco más respecto ante lo que le habían comentado.
-Ah tío, todo del asco, créeme que estoy deseando que me trague la tierra.- Horacio se pasaba las manos por la cara mostrando su frustración.
-¿Qué paso allá?.- preguntó Gustabo.
-A ver, pues le dije lo que me habían contado, y me dijo que eso sería imposible, que de seguro me estaban jugando una broma y que si no paraba nos iba a degradar a todos.-
-Pero que cabrón, ¿No te dejo hablar más.?-
-No, dijo eso y salió del despacho.-
-Joder Horacio, con razón salió como alma que lleva el diablo.-
-Anda, ya no importa, a trabajar, tengo que despejarme y no estoy muy seguro de hacer un 10-10.
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-Tío, venirme a decir eso, por favor, yo besándome con alguien en una fiesta, para una vez que salgo me levanten estás falacias.- el ruso llevaba mucho rato quejándose sobre lo sucedido con el subinspector, no terminaba de creer lo que le había llegado a decir.
-Volkov.- decía Greco, pero el otro lo interrumpía.
-Es que tío, joder, que es esto, ¿un juego?.-
-Volkov.- volvió a decir Greco.
-Es que sabes que me enoja más, que me hagan perder el tiempo de esa forma.-
-Pero cállate un mes tremendo hijo de puta, llevas todo el rato de patrullaje quejándote de una cosa que es verdad, hostia, si, si paso, Horacio y tú se besaron en la fiesta.- Greco había parado el patrulla en seco, estaba cansado de escuchar a Volkov quejarse, y simplemente no le había dicho antes lo sucedido porque el ruso no lo dejaba hablar.
-Que dices, estás fumao, ¿drogado a caso?- el ruso rodó los ojos.
-Cállate, que si, si paso, joder, y sabes cómo se eso, porque yo te cuide toda la fiesta Viktor, no apareciste en tu cama por arte de magia, anormal. Yo los lleve a los dos a sus departamentos, te besaste con el, se besaron, acéptalo, estabas tan borracho que no te acuerdas.- el de barbas no mentía, y Volkov lo sabía, guardaba silencio; había comenzado a prestarle atención a Greco.