☼︎𝑽𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒔𝒆𝒊𝒔☼︎

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Al día siguiente Horacio se levantó de la cama, la pierna ya no le dolía tanto como el día anterior, así que se levantó y fue a la cocina por un vaso de agua, eran alrededor de las siete de la mañana y estaba en el salón viendo su programa favorito en la Tv.
Llevaba media hora ahí sentado, cuando su teléfono vibró y se dejó ver una notificación en la pantalla; al tomar el móvil y revisarlo, se percató de que era un mensaje de un número desconocido, entro a la app de los mensajes y leyó el contenido del nuevo.

"Buenos días Horacio, soy Volkov, quería preguntarle si sería posible el hecho de que usted cuidara de Kira, hoy se ve un poco triste y no quiero dejarla sola."

Horacio sonrió de oreja a oreja, no lo pensó dos veces y se apresuro a contestarle.

"Seguro, puedo ir a su casa en una hora para cuidar de ella si usted gusta."

Al mandar el mensaje el menor se salió de sus mensajes lo más rápido posible, no pasaron más de dos minutos cuando el ruso le contesto de vuelta.

"No hace falta, pensaba en llevarla a su departamento, claro, si es posible, usted necesita reposo."

Al leer eso, Horacio no podía creer que Volkov estuviera buscándole para cuidar de su gatita, lo más preciado que tenía en esos momentos, o bueno, eso era lo que el menor pensaba.

"Claro Comisario, no hay ningún problema, puede traerme a Kira."

"En media hora estoy con usted, en verdad gracias Horacio."

Horacio ya no quiso contestar nada, solo dejo en visto al Comisario, estaba emocionado y a la vez confundido.
El comisario nunca se había mostrado así con el, era muy atento y de cierta manera le causaba intriga el porque del cambio del comisario. Horacio temía del hecho de que el comisario de alguna manera estuviera jugando con él, necesitaba encontrar explicaciones a su cambio repentino y también necesitaba hablar con sus amigos sobre la broma del beso, la cual aún no había olvidado.

Al pasar la media hora correspondiente Horacio escucho como tocaban la puerta, y con mucho cuidado se levantó a abrir.

-Buenos días comisario.- saludó

-Buenos días Horacio, le traigo a la pequeña, acá están sus cosas.- Volkov le entrego una bolsa de papel con la comida, platos y juguetes de Kira.- y acá está ella, está un poco triste, tal vez su compañía haga que se anime un poco.- puso a la gatita a los pies de Horacio.

-Bien Comisario, no se preocupe que cuidare de ella.- el menor sonrió y fijo si gusta en la pequeña gatita.

-De verdad, muchas gracias Horacio, y disculpe las molestias, me tengo que ir porque tengo asunto de trabajo que atender, pero si necesita algo tiene mi número; estaré al pendiente por cualquier cosa que necesiten, con permiso.- Volkov no le dio tiempo al de crestas para responder, puesto que ya se había esfumado.

Horacio cerró la puerta, puso las cosas de la gatita en la isla de su cocina, fue al salón para sentarse en el mueble y ponerse a la gatita en las piernas, para después hacerle mimos.

Cuando la gatita se veía un poco mejor, en la puso a un lado de el y cogió su móvil, puesto que este se había iluminado dejándose ver un mensaje en la pantalla.
Al abrirlo Horacio se dio cuenta de que era el comisario y que de alguna manera se le había olvidado agendarlo, así que lo agrego a sus contactos como "Comisario bombón". El crestas estaba seguro de agendarlo así, puesto que nadie se daría cuenta, según él. Después de agendarlo se dispuso a leer el mensaje, el cual solo contenía:

"Gracias de nuevo Horacio, nos vemos en la noche, tenga un excelente día, cuando vaya por Kira hablaré con usted sobre trabajo que indico el superintendente."

El menor, por segunda vez en la mañana decidió no contestarle y se limitó a esbozar una gran sonrisa sin tomarle importancia a lo último, sobre el trabajo marcado por el super.

ᴠᴏʟᴋᴀᴄɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora