El día había pasado sin más, eran las diez y algo de la noche, habían tenido un Qrr por parte de Leónidas, pero habían salido todos ilesos con dos sujetos tras las rejas.
Al finalizar el turno de Horacio, salió de servicio y se dirigió al hospital para ver a Gustabo. Una vez llegó aparcó su mini se adentro al hospital en busca de la habitación de su amigo.
Se paró en recepción para preguntar sobre el número de la habitación y se encontró con Claudio el cual había dejado unos papeles sobre la barra de recepción.
-Horacio, ¿Cómo estás?- pregunto el de tatuaje de calavera.
-Doctor Claudio, muy bien gracias, ¿Y usted?-
-Me alegro, estoy perfecto en verdad, supongo que vienes a ver a Gustabo-
-Si, vengo a verle, ¿sabe cuál es su habitación?-
-Claro, es la número cincuenta, ahí está, puedes pasar sin problema, ya tomo su medicación, debe estar recostado-
-Muchas gracias Claudio, hasta luego- se despidió el crestas para entrar y buscar la habitación número cincuenta.
Horacio iba contando las habitaciones, hasta que llegó a la número cincuenta, tocó pero nadie contestó, así que pasó.
Cuando entro no vio a Gustabo en su cama, lo vio parado a aun lado de ella, bailando con audífonos puestos. Se acerco a el y de manera brusca le quitó los audífonos.
-¿Que coño haces?- preguntó el rubio.
-Que coño haces tú, tío, tienes que estar recostado para que te recuperes, no haciendo el gilipollas, ¿Qué harás si se te abre un punto?-
-Relájate, no va a pasar nada, además, ya me siento como nuevo, mírame- Gustabo hizo un baile raro.
El crestas se rio un poco.
-Para ya, recueste, de verdad Gustabo, debes recuperarte - regañó
Horacio quería que su amigo se recuperará lo más pronto posible.
Gustabo se recostó con ayuda del menor y comenzaron a hablar.
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Por otro lado, estaban Volkov y Greco, los cuales aún seguían de servicio, puesto Conway se los había pedido y ellos aceptaron sin más. Los dos patrullaban tranquilos hasta que Greco habló.
-Viktor- dijo
-No vamos a parar en un badulaque, llevas tres cafés, no podré aguantarte más-
-No es eso, quería hablarte de otra cosa-
-Dímelo ya, no le des más vueltas-
-Bien, el otro día, te pregunté si Horacio te gustaba, o era algo así, no recuerdo muy bien- alzó los hombros- quería que respondieras, ese día él nos interrumpió.
-Si- soltó rápido el ruso, tan rápido que Greco no escuchó.
-¿Que dices?- preguntó
-Que si-
-No me jodas, no me jodas, ¿estás de coña?-
Greco se había emocionado demasiado, su amigo jamás le había dicho que le gustara alguien.
-Madre mía como eres cotilla, si Greco, Horacio me atrae, pero aún no he hablado con el, últimamente han pasado muchas cosas- Volkov paro el patrulla a un lado de la carretera- nos hemos besado.
-Si, ya se, en la fiesta-
-No, el día que me pelee con un detenido, fue a mi casa y nos besamos-
-Hostia, y cuando ibas a contarme cabrón, de locos, ¿Cómo pasó?-
Volkov rio un poco.
-No te voy a decir cómo pasó, quédate con que nos besamos y ya-
-Me quitas lo divertido a la vida, menudo anciano, ¿Le pedirás que se case contigo?-
-Pero vamos a ver Greco, que sea mi pareja tal vez, ¿pero que se case conmigo? Estás de broma al preguntar eso-
-Pues no se, ya se besaron infinidad de veces, te gusta, le gustas, todo pinta para bien-
-Debemos hablar sobre eso los dos, para ver si en verdad nos gustamos y si todo marcha bien, en cuanto nos libremos de la mafia se lo pediré.-
-Dios, igual te tardas demasiado, se ve que le gustas, por favor- Greco paso sus manos por su cara.
-Ya Greco, pareces una señora. A patrullar-
-Volkov tengo una idea-
-Greco, tus ideas de alguna u otra forma terminan mal- el ruso rodó los ojos.
-Invítalo a ver películas en tu casa, de verdad, cenan y de ahí ven alguna película-
-En verdad no está mal, hay que planearlo-
-Como eres aburrido de verdad, mándale mensaje ahora, y dile, no te preocupes te puedo buscar alguna receta de una pasta fácil para que hagas o horas antes voy a tu casa a cocinar por ti, de verdad-
Volkov analizó la idea por unos minutos.
-No se cocinar, tendrías que ir tu antes para preparar todo-
-Que si, que voy, pero en verdad, mándale mensaje ahora, tiene que ser pronto, hay que irlo conquistando-
Después de tanto pensarlo, el ruso saco su teléfono, busco el contacto de Horacio y comenzó a redactar el mensaje.
-Pon que no es algo tan formal, es una cena y algunas películas-
-Bien, para dentro de una semana-
-Que dices enfermo, para mañana en la noche, tu turno acaba mañana a las seis de la tarde igual que el suyo, pueden hacerlo mañana en la noche-
-Greco es muy pronto-
-Hazme caso de verdad, saldrá bien-
Volkov escribió el mensaje y lo envío.
-Dime que escribiste-
El ruso se puso a leer.
-"Buenas noches Horacio, quería invitarlo a una cena y a ver unas películas mañana por la noche, ¿Puede?"- el ruso termino de leer.
-Muy seco, pero está bien, mañana se viene la mejor noche de tu vida, y será gracias a mi.- Greco sonrió orgulloso.
Volkov no estaba del todo seguro de como iba a ser la cena.