•𝑄𝑢𝑖𝑛𝑐𝑒•

2.5K 278 52
                                    

El mayor no pensaba con claridad, bueno, a decir verdad ninguno lo hacía, eran solo ellos dos bajo los efectos del alcohol. En México, dicen algo como "los borrachos y los niños siempre dicen la verdad."
A pesar de no decir nada, se podían sentir unos lindos sentimientos, los cuales apenas iban surgiendo y otros que ya se habían establecido a partir del segundo beso, el cual se sintió puro a pesar de lo pequeño que había sido.
Después del beso, hubo unos más, algunos cortos otros más largos, pero nadie decía nada. Los dos estaban; de cierta forma, cómodos con lo que estaba sucediendo, ninguno se preocupaba por lo que pasaría al día siguiente, solo estaban viviendo ese momento, era lo que importaba.

Greco se acercó con paso firme al lado de Volkov, el cual aún se encontraba en la barra y también el cual se acababa de separar de los labios del menor.

-Creo que alguien se la paso mejor que yo.- el de barba subía y bajaba las cejas de una forma un tanto divertida.

Volkov solo reía nervioso, era obvio que Greco los había visto besarse más de una vez.

-Venga, que los llevo a casita.- hablo Greco

-Pe...ro, nono, no va a suceder nada, n.- el menor fue interrumpido por el barbas.

-No Horacio, no me refería a eso, les llevo a cada quien a su departamento.- hablo entre risas.

-Pues que mal.- dijo Volkov.

-Joder, es que como te vomites te grabó y lo pongo en comisaría, estás avisado Volkov.-

De la pareja, los dos estaban en el mismo estado, Greco no había tomado nada, solo al llegar había tomado una copa, pero había pasado el tiempo suficiente como para que no quedara rastro de ella en su organismo.

Greco ayudo a Volkov a pararse de su asiento, y paso un brazo de este por su hombro,  de la misma manera lo hizo con Horacio, para poder llevarlos a su auto e irlos a dejar a cada uno en su casa.

-Es increíble, te dije que la ibas a pasar genial, pero nunca me haces caso, mañana tendrás que invitarme la comida.- Greco iba echándole en cara todo a Volkov.- Pero mira al niño, se lo paso de puta madre, hasta bailo.-

-Que dices, si yo quería venir.-

-Sisi, mis cojones querían venir -

Al llegar al auto, abrió las puertas de atrás, metiendo primero a Horacio, el cual se estaba durmiendo y después metió a Volkov, el cual iba tarareando la canción que habían bailado, el ruso iba muy feliz.

-Sisi Volkov, ponte el cinturón y pónselo a Horacio.- indico Greco.

Y así lo hizo, Volkov se colocó el cinturón de seguridad para después colocárselo al de crestas. Greco se giró para verificar que los dos lo tuvieran puesto, se colocó el suyo, encendió el auto y se dirigió a los departamentos donde estos vivían.
En el camino, Horacio se había despertado, Volkov al darse cuenta solo se acercó un poco a él y comenzó a acariciarle la cabeza, haciendo un ligero masaje para que esté pudiera volver a dormir.

Una vez en los departamentos, Volkov salió del auto y se dirigió al otro lado de este para poder ayudar a Greco con Horacio.

-Venga Volkov, empieza a llamar al elevador.- Greco intentaba cargar a Horacio, para subirlo a su departamento.

El ruso le hizo caso y entro al recinto, en donde caminó al elevador para poder tenerlo listo y subir junto con los otros dos.
Greco saco al menor del auto y lo cargo para llevarlo al elevador.

-Mierda Horacio, pensé que estarías más pesado.-
El ya mencionado solo se removió en los brazos de Greco puesto que estaba un tanto incómodo, y solo buscaba dormir.

-Que dices, como pensabas eso.- hablo Volkov.

Al llegar con el menor en brazos este subió al elevador junto con Volkov, el cual ya no podía ni con su alma, entre lo ebrio que estaba y el sueño que tenía no podría estar más tiempo de pie. Marcaron el número correspondiente al piso en donde vivían y subieron.
Una vez ahí bajaron del elevador y se dirigieron a la puerta de Horacio.

-Greco, tenemos un problema.- Volkov trataba de no reírse pero le era imposible no hacerlo.

-Ya vi, ya vi, y que hacemos, no lo puedo dejar acá tirado como si nada.- Greco no había pensado que no tenían las llaves para entrar al departamento del crestas.

-Voy a revisarlo, a ver si trae sus llaves.-

-Si, no lo vas a toquetear, es lo que quieres pero no en mi presencia, un poco de respeto, ¿vale?.- al terminar de hablar, el de barbas comenzó a registrar al menor en busca de sus llaves, mientras que Volkov solo había expresado su descontento con gestos como rodar los ojos.

-Aquí, toma, intenta abrir, sin romperle la llave, por favor.- le entrego las llaves al mayor y este intento abrir, después de unos segundos lo consiguió, pudiendo entrar y al hacerlo dejando ver cajas de mudanza en la sala.

-Si es como tu casa por aquí debe de estar el cuarto.- el de barbas se dirigió a un pasillo, este terminaba en una puerta negra, la cual suponían que debía ser la habitación de Horacio.

Al abrir la puerta se percataron que si era la habitación del menor, Volkov entro, y quitó las sábanas de la cama de un lado, para poder acostarlo. Greco se acercó al lado que estaba despejado y colocó al menor con cuidado.

-Pues listo, vamos Volkov.- al girarse Greco se dio cuenta de que el mayor estaba cobijando al menor y al terminar de hacerlo, solo le dio un pequeño beso en la frente.

Horacio, a este punto estaba más que dormido, estaba muy cansado al igual que el ruso.

-Vamos, te toca a ti.- hablo Greco.

Al salir del cuarto del menor, Volkov se volteo para cerrar la puerta tratando de hacer el menor ruido posible.

-Dios, el alcohol te convierte totalmente en otra persona, tendrás que beber todos los días en comisaría para que podamos seguir aguantándote.-

-Que te jodan, los trato de puta madre y no lo parecían, tira, sin hacer ruido.-

Los dos salieron del departamento ajeno, no sin antes Volkov se percatara de que estuviera cerrado, de igual manera Greco se acercó a comprobar que estuviera bien cerrado, puesto que el ruso no estaba en su mejor estado.
Se dirigieron al departamento del ruso, sacó sus llaves y abrió la puerta para poder pasar, dejándose ver a una pequeña gatita dormida en el mueble junto con una camisa que Volkov había dejado ahí por un descuido.

-Ya está, pues a dormir rusky, espero la hayas pasado bien, mañana me tendrás que dar algo por hacerte pasar esta noche de puta madre.-

-Rusky tu hermana barbas.-

-Sisi, lo que digas. Tira, a la cama, no sé cómo caminas aún.-

Greco salió de la casa de su amigo, cerrando con las llaves que el tenía, las cuales eran para emergencias o cosas de ese índole. Volkov al ver que Greco había salido, se dirigió a su cama, sin preocuparse por cambiarse, o bañarse, solo estaba cansado y quería dormir. Quitó un poco las cobijas que tenía en su cama, se acostó y se arropó, el mayor tenía una sonrisa en su rostro, se la había pasado muy bien en compañía del crestas, y en sus pensamientos estaba pidiendo poder acordarse al día siguiente de todo lo que había sucedido. Siguió pidiendo poder acordarse hasta quedar completamente dormido.

ᴠᴏʟᴋᴀᴄɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora