☦︎𝐶𝑖𝑛𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑦 𝑑𝑜𝑠☦︎

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Al día siguiente por la mañana, Conway les había llamado para informarles de que no tenían que ir al trabajo, ya que tenían que descansar para poder vigilar en la noche.

Era tarde, el reloj del salón de Horacio marcaban las tres de la tarde y el se la había pasado durmiendo toda la mañana y parte de la tarde.

Volkov y Greco estaban igual, el de barbas había llegado a la casa de Volkov no hacia mucho pero los dos se volvieron a dormir en cuando comieron.

Horacio se levantó para almorzar, su estómago le dolía. Salió de su habitación y fue a la cocina para poder comer algo, metió una pizza al horno pero se distrajo haciendo que se quedara sin almuerzo.

Tenía a Volkov a un lado, podía ir va pedirle comida, pero le daba pena. ¿Cómo se iba a aparecer en su casa para pedirle comida nada más? Era algo que en verdad le causaba pena, pero tenía hambre y tampoco quería salir. Así que decidió mandarle un mensaje al ruso.

Fue a su habitación en busca de su móvil, al tenerlo en manos lo desbloqueo y fue directo a los mensajes hasta buscar el contacto de Volkov.

Horacio esbozó una sonrisa al ver cómo lo tenía agendado y comenzó a escribir.

Buenas tardes Volkov, disculpe las molestias, quería preguntarle si de casualidad no tendría un poco de comida. Tenía la mía, pero se quemó.

Había escrito eso lo más rápido que puedo, al principio dudo en mandarlo pero su dolor de estómago pudo más.

Era cierto que podía salir y comprar algo, pero no quería, quería ver a Volkov y poder hablar con el sobre cuando sería su cita.

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Greco se levantó sin más, ya se había aburrido de dormir, así que se había puesto a ver Tv.

El móvil del ruso se prendió y al de barbas le dio curiosidad saber quién era, así que lo tomo. Lo desbloqueo sin mucho esfuerzo, había adivinado la contraseña, y no era porque fuese muy inteligente; Volkov no era tan ágil con las contraseñas. Su contraseña era la vez que fue ascendido a Comisario junto con él.

Al irse a la app de mensajes se percató de que el mensaje había sido de Horacio, rio al leer el mensaje completo y decidió levantar al ruso.

Greco le pegó en la cara al ya mencionado hasta que se levantó.

-No se en que momento deje que te quedaras en mi casa- Volkov aún tenía sueño.

-Sisi, quejas luego, tienes un mensaje de tu novio-

-¿Qué coño?-

Volkov se sentó rápido en el sofá y le quitó al Greco el móvil que tenía en sus manos.

-¿Cómo carajo has adivinado la contraseña?- hablo y se puso a leer.

-No eres muy listo para poner contraseñas. ¿La fecha en que nos ascendieron? ¿De verdad?-

A Volkov se le quitó todo el sueño que tenía al terminar de leer el mensaje, ni siquiera le había prestado atención al de barbas.

Se dispuso a contestarle rápido.

Muy buenas Horacio, claro que sí tengo comida, podría llevársela si gusta y no se preocupe que no son molestias, comprendo.

-¿Qué has contestado?- pregunto Greco

-Que te importa, deja de ser tan chusma-

-Mira, algún día me van a secuestrar y vas a llorar, te lo digo eh-

Greco se levantó y tomo a Kira para dirigirse a la cocina.

Volkov no le tomo importancia, pensaba que Greco hacía mucho drama.

El móvil de Volkov se volvió a encender dejando ver qué tenía un mensaje nuevo.

Perfecto Volkov, iré a su casa por ella, en unos momentos estoy allá.

El ruso se paró y fue al baño a arreglarse el cabello y la ropa que tenía un poco arrugada. Se lavo la cara y se perfumó para recibir a Horacio.   

Al cabo de los minutos Horacio se encontraba tocando la puerta de la casa del mayor.

-Voy a abrir porqué eres muy lento-

Greco camino hasta la puerta, abriéndola y dejando pasar a Horacio.

-Horacio, muy buenas, adelante. El ruso debe estar por ahí, no se cómo lo aguantas-

Volkov salió del baño y se dirigió hasta donde se encontraban los dos.

-Priviet Horacio, adelante, por ahí está la mesa- el ruso apunto hacía el comedor.

Horacio camino hasta la mesa, en dónde jalo una silla y se sentó.

-Muchas gracias, en verdad disculpen si interrumpí algo. Tuve problemas con la pizza y el horno, se quemó toda y en verdad no sé que ir a comprar.- Horacio estaba apenado, ya ahí, en la casa del ruso, pensaba que había sido muy mala idea- prometo pagarles en cuanto vaya a un cajero-

-No te preocupes Horacio, no pasa nada. No necesitas pagarnos nada, comprendemos. De momento no te acompañaremos ya que comimos hace rato, pero podemos platicar-

Greco sonrió al escuchar a Volkov, y se paró para servirle un plato de comida a Horacio.

Al tener el plato listo de acercó a Horacio y se lo dejo en la mesa junto con cubiertos.

Volkov, por otro lado, se movió hacía la cocina a por un vaso. Desde ella gritó.

-Horacio, ¿Quieres agua o deseas tomar otra cosa?- el ruso se quedó callado esperando la respuesta del menor.

-Agua estaría bien-

El ruso asintió y sirvió un vaso de agua, se lo entregó al crestas y se sentó a un lado de el.

ᴠᴏʟᴋᴀᴄɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora