♔︎𝑇𝑟𝑒𝑖𝑛𝑡𝑎 𝑦 𝑑𝑜𝑠♔︎

2.4K 254 151
                                    

Al la mañana siguiente Horacio se levantó a las ocho para poder estar presentable a las nueve, que era la hora en la cual había quedado con el comisario.
Se baño, se puso unos shorts para que el doctor pudiera revisar bien la herida de su pierna, se maquillo un poco los ojos, se pienso y se colocó su colonia favorita.

Habían dado las nueve de la mañana, Horacio ya estaba desayunado y arreglado, la puerta sonó indicándole a Horacio que había alguien afuera esperando.

Se dirigió a la puerta y la abrió, una vez abierta se dejó ver a un comisario de pelo gris, arreglado, con una camisa negra y unos pantalones de mezclilla no muy apretados.

-Buenos días Horacio,¿Que tal?- pregunto el mayor.

-Buenos días Comisario, todo bien y usted, ¿Que tal?.-

-Todo bien Horacio, gracias.- sonrió un poco- ¿Nos vamos?.-

-Si, claro, ¿Tiene auto?.-

-Por supuesto, vamos en el mío, usted no se preocupe.-

Horacio estaba sorprendido, no había imaginado que Volkov fuera así de atento con sus agentes. Eso lo desanimaba un poco, ¿Era así con todos? ¿Solo era así con el? ¿Lo trataba así por qué trabajaba para el?; El menor no sabía que pensar al respecto, solo se dejaría llevar por los momentos.

Volkov se hizo a un lado y Horacio paso, dándose la vuelta para poder cerrar su departamento, pero dió mal un paso y casi caía, el ruso al ver eso abrazo a Horacio para que no tocará el suelo. Después de unos segundos Horacio se movió un poco en los brazos del mayor, indicando que ya podía soltarlo.

-Hmm, disculpe Comisario, pise mal y eso, disculpe.- Horacio se encontraba apenado.

--No se preocupe, no paso nada, ¿Bien?.-

Horacio asintió y dejo de lado el tema.
Volkov por otro lado, quería seguir teniendo a Horacio en sus brazos para seguir oliendo su preciosa colonia.

El crestas cerró su departamento y se giró, sintió y empezó a caminar al elevador.
Una vez en este, los dos entraron y el menor marco el último piso, en el cual se encontraba el estacionamiento.

-Veo que ya puede moverse mejor.-

-Si Comisario, ya no duele tanto como el otro día, supongo que todo está bien.-

-Me alegro mucho, pero ni estamos en servicio, puedes decirme Volkov.-

Horacio nuevamente se sorprendió, no podía creer todo lo que escuchaba.

Llegaron al último piso, salieron del elevador y se dirigieron al auto de Volkov.

-Es este, le ayudo.- el ruso se movió a la puerta del copiloto y la abrió, dejando así paso para que el de crestas de montará en el vehículo.

-Muchas gracias Volkov- Horacio se subió al auto y se puso el cinturón de seguridad.

El ruso rodeo al auto y se puso en el asiento del conductor, poniendo el auto en marcha no sin antes ponerse el cinturón de seguridad.

Después de varios minutos llegaron al hospital, en dónde sucedió lo mismo, Volkov rodeó el auto para ayudar a Horacio.
Entraron al hospital y preguntaron a la recepcionista sobre el doctor.

-Buenos días señorita, veníamos a una cita con el doctor....- Volkov fue interrumpido.

-¡Claudio!- grito Horacio.

-Señor, le agradecería que no gritara, estamos en un hospital.- hablo la recepcionista.

-Si Horacio, no deberías gritar, te escuché.- Claudio se acercó y le saludo con un beso en la mejilla.

Volkov se había quedado ahí parado, viendo fijamente los movimientos de ambos un poco más los de Claudio que los de Horacio. Cuando vio el beso con que recibió el doctor a Horacio, tensó su mandíbula y bajo las cejas, dando una expresión de enojo a su rostro. 

-Joder cuando tiempo Horacio, escuché que tenías un tiro en la pierna, ven, acompáñame, hay que ver si está sanando correctamente- Claudio tomo a Horacio por la cintura con su mano derecha.

Horacio se volteo a ver a Volkov, el cual seguía en su lugar, y tenía un cara de muy pocos amigos, la cual le daba cierto escalofrió al menor. 

-Comisario, ¿nos acompaña?- pregunto el crestas

-Sisi, claro, voy.- el ruso se acercó a ellos, tomando de los hombros a Horacio, haciendo que Claudio soltara la cintura del crestas.

Entraron a una habitación, y el doctor con el tatuaje de calavera le pidió que se sentara en la camilla.

-El Comisario puede esperar fuera si gusta.- hablo el del tatuaje en la cara.

-Oh no, no pasa nada, se puede quedar aquí, claro, si el quiere.- esta vez hablo Horacio, y el ruso soltó un suspiro al saber que no saldría de la habitación, y que mucho menos dejaría solos a esos dos.

Al paso del tiempo, Volkov se seguía enojando y aparentando la mandíbula, el doctor tocaba mucho la pierna dale menor, y es no era algo que le gustara a Volkov, sin embargo, no podía decir o hacer algo, al fin y al cabo no era nadie.

Claudio termino con la curación y revisión de la pierna de Horacio, y le dijo que en unos tres días más su pierna estaría como nueva, puesto que la entrada y salida de la bala había sido totalmente limpia, y no había ocurrido nada más.

-Listo Horacio, por hoy todo bien, los puntos se caerán solos cuando la herida este totalmente curada, podrás volver al trabajo sin hacer mucho esfuerzo, ¿Vale?.-

-Sin problema doctor, muchas gracias, ¿requiere algo más?.-

Volkov tenía la vista en la puerta, puesto que ya se iba a retirar.

-Si, tu número.-

Al escuchar eso el ruso se volteó y habló.

-Bien, muchas gracias doctor, tiene a Horacio en la base de datos, puede buscarlo como Horacio Pérez, vamos Horacio, nos busca el super.-

El ruso jalo a Horacio de la mano, y lo saco fuera del cuarto en dónde se encontraban los tres.

-¿Que querrá el super? ¿Tan importante es? El doctor me pidió el número para mí seguimiento, joder.-

-No idea de que quiera el super, pero vamos, podrá llevar tu seguimiento avisando por otros medios.-

Se montaron en el auto del mayor, minutos después Horacio se dio cuenta de que no iban a comisaría.

-Comisario, creo que se equivocó de camino, por aquí no es la comisaría.- Horacio estaba confundido.

-Oh no, el super cancelo, dijo que no era importante, así que lo llevo a su casa para que puede descansar y que pueda estar pronto con la malla.- hablo Volkov.

-Vale, el super es raro, hablaré con el.-

-Sisi, hablaremos todos con el, no puede hacer eso de buscar personas y luego decir que no era tan importante.-

Volkov estaba aún poco nervioso, se había sacado eso de la manga, el super estaba en la comisaría tal vez arreglando papeles, pero el debía de sacar a Horacio de ahí antes de que en verdad le diera su número al doctor Claudio.

ᴠᴏʟᴋᴀᴄɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora