•𝐶𝑎𝑡𝑜𝑟𝑐𝑒•

2.6K 294 74
                                        

Al llegar al tequila, aparcaron y entraron en este, al entrar se podía apreciar el montón de gente que había asistido, algunos en la barra, otros en la pista de baile, otros en sus mesas platicando, lo normal en una fiesta de un sábado.

Greco agarro de la mano a Volkov para guiarlo a la mesa en dónde se encontraban otras personas, entre ellas Nikolai, Gregorio y Louis.

-Muy buenas comisarios.- saludo Nikolai.

-Hey, solo Greco y Volkov, no estamos de servicio.- el de barbas no quería saber nada respecto al trabajo.

-Si, solo Volkov, ya que.- a pesar de no querer ir, tampoco iba a arruinarle la noche a ninguno de ellos.

Volkov se separó de Greco para ir a la barra, en dónde se sentó para pedir lo que iba a tomar en la noche. No pensó mucho y pidió whiskey.
Sintió la mano de Greco al acercarse y pedir bebidas para los de la mesa.

-Espero por lo menos te diviertas un poco, anda.- Greco palmeo un poco el hombro del contrario.

El ruso solo asintió y vio como el de barbas se iba con todo el alcohol en sus manos.
El mayor llevaba alrededor de dos horas sentado solo en la barra, tomando whiskey, viendo cómo los demás bailaban y hacían pasos que le causaban cierta gracia.

Al sentir una presencia a su lado se giró.

-Quién lo diría, un ruso tomando whiskey en vez de vodka, Comisario bombón, ¿Está usted bien.?- el de crestas tenía un poco de alcohol en la sangre, y se había decidido a hablarle después de haberlo visto en la barra por alrededor de veinte minutos.

-Me gusta el vodka, pero lo tomo todos los días en mi casa, a veces hay que variar un poco, y dígame Volkov, no estamos de servicio.- estaba claro que Volkov ya llevaba muchos vasos de whiskey, así que poco a poco le iban pasando factura.

-------- ≪ °✾° ≫ --------

Horacio se sorprendió un poco a escuchar que el comisario le pedía que le llamara por su nombre.

El menor había asistido ya que Nikolai lo había invitado, puesto que sabía que en esa semana no había salido a fiestas.

-Bien Volkov, qué hace usted aquí, jamás imaginé verlo en una fiesta así.- habló Horacio pidiéndole un vaso de whiskey al bar tender.

-Pues Greco me invitó, dijo que la iba a pasar bien o una cosa así, a decir verdad solo vine porque no se callaba.- Volkov encogió los hombros.

-Greco no para de sorprenderme, mira que llegar a traerlo a usted a una fiesta, ya es mucho.-

-Ya le dije, solo vine porque no se callaba.- rodó un poco los ojos.

La música que se empezaba a gustar era una que a Horacio le gustaba mucho bailar, se sentía de lo mejor con esa canción, así que decidió invitar a bailar al mayor.

-Volkov, vamos a bailar.-

Horacio estaba un poco ebrio, no más que el comisario claro estaba, llevaba menos en la fiesta que el mayor.

Volkov río un poco.- ojalá supiera bailar y poder gozar ese pedazo de tema en la pista, pero no se bailar y no puedo gozarla más que estando sentado.-

-Vamos ruso, no seas tan aguafiestas.- Horacio no se iba a rendir hasta que consiguiera por lo menos hacer que se parara de su asiento.

-Es que no se moverme, en verdad, dígale a Greco o a alguien más, en verdad no se.-

-Venga, pues te enseño.- dicho esto Horacio tiro de la mano del contrario haciendo que este se parara, lo arrastró a la pista de baile y soltó su mano, el menor comenzó a bailar sin pena alguna, mientras que el comisario solo de encontraba parado, viendo como el de crestas de movía al ritmo de la música y como le lanzaba alguna que otra mirada.
Horacio decidió que no sería el único bailando y tomó de nuevo la mano de Volkov para empezar a bailar con el, guiándole un poco y sorprendiéndose al ver que el mayor empezaba a moverse con algo de pena.

-Siéntalo Volkov.-

El ruso poco a poco agarro el ritmo de la canción y se soltó de Horacio para poder moverse mejor, claro, el menor no se quedó atrás y también mostró los espléndidos pasos que tanto había practicado.
El alcohol había ayudado mucho para que Volkov llegará a ese punto, ellos se divertían mientras que la compañía de la mesa de Greco veía anonadado al comisario.

-Joder no sabía que bailaba.- Nikolai solo miraba sal Comisario sin poder creer lo que sus ojos veían.

-Pues claro que baila, no ves, y no lo hace mal.- habló Louis

-Venga, también a bailar que para eso estamos aquí, coño.- exclamó Greco.

Al terminar la canción y después de haberla bailado como nunca, Volkov y Horacio regresaron a la barra en donde antes estaban sentados.
Habían perdido la cuenta de los vasos de whiskey que habían tomado, pero no importaba, al día siguiente ninguno de los dos iría a trabajar ni mucho menos haría algo importante.
Al pasar las horas los dos estaban más que ebrios, habían estado hablando de las cosas as tontas que a Horacio se le ocurrían, dudas que tenía respecto a la vida de Volkov entre otras cosas.

-Pero, cómo vas a tener una gatita sin nombre, ¿estás bobo o que?.- Horacio no podía creer que la gatita de Volkov aún no tuviera nombre.

-No he encontrado uno que me guste del todo, ¿ideas?.- preguntó despreocupado el mayor.

-Joder, pues ahora mismo ninguna, pero encontraremos uno después.-

El ruso prestaba demasiada atención al menor, y cada que este hablaba dirigía la mirada hacia sus labios. Quizá el alcohol lo estaba afectado de tal manera que de dejaba llevar demasiado.

Horacio, después de ver las miradas de Volkov hacia sus labios y después de pensarlo tanto, se acercó a Volkov lo suficiente como para depositar un pequeño beso en los labios del mayor.
Este se sorprendió un poco al ver que Volkov se acercaba nuevamente a él para darle otro beso, esta vez un poco más largo que el anterior. Al separarse los dos soltaron una risita nerviosa.







ᴠᴏʟᴋᴀᴄɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora