♔︎𝑇𝑟𝑒𝑖𝑛𝑡𝑎 𝑦 𝑐𝑖𝑛𝑐𝑜♔︎

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La enfermera ya había terminado de curar a Volkov, era cierto, nada más tenía el labio partido y unos cuantos moretones por el cuerpo, la nariz le había dejado de sangrar y se encontraba perfectamente bien.
Horacio camino hacia el superintendente para hablar con el.

-Super, quiero pedirle una disculpa, fue todo mi culpa, olvidé lo más importante en una detención.- explico el crestas.

-Horacio, ya está, no paso nada, lo más importante aquí es si tú estás bien, ¿Lo estás?.-

-Si, estoy bien y le aseguro que eso no volverá a ocurrir.-

-Ven acá.- el super jalo a Horacio por un brazo y lo acerco a el para darle un cálido abrazo.

Conway había visto la cara de Horacio, no cabía duda que lo que había sucedido le había entristecido mucho y el lo había notado, le tenía mucho cariño, a él y a su mejor amigo Gustabo.
Los dos se separaron y quedaron frente a frente.

-Gustabo y yo haremos una junta de Comisarios y Subinspectores mañana por la tarde, es algo importante, les daré lo que resta de turno a Volkov y a ti para que descansen un poco, mañana los quiero en comisaría por la tarde, es un tema delicado, por favor no vayas a faltar.- informo el super.

-De acuerdo super, muchas gracias por dejarnos ir temprano y no se preocupe que estaremos aquí por la tarde.- Horacio soltó una sonrisa.

-De acuerdo, venga, los llevo a sus casas.-

Conway y Horacio caminaron de nuevo hasta donde estaba sentado Volkov junto con Greco, los dos reían.

-De que os reís, estás hecho un cristo.- el super rio un poco. 

-Pues exactamente de eso, se ve más feo de lo normal, pero bueno, ¿Qué tal Horacio? - preguntó Greco.

-Estoy bien, gracias por preguntar-

-Bien, Greco quedas a cargo de la malla, les dejaré lo que resta de su turno para que descansen y se despejen un poco, anda, levanta nena los llevaré a sus casas.-

El ruso se levanto de dónde se encontraba sentado, espero a que el super pasara al frente y camino detrás de él, esperando un poco para que Horacio lo alcanzara. El menor se puso a un lado de el y así comenzaron a caminar siguiendo al superintendente, se dirigían al estacionamiento.

Ninguno de los dos dijo nada, caminaron sin más, era un silencio tranquilo, Volkov comprendía que Horacio no quisiera hablar ya que lo le había sucedido hace escasos minutos era un tema un tanto delicado.

El super se montó en un patrulla y espero a que la pareja que venía detrás de él lo hiciera.

El ruso abrió la puerta del lado derecho del patrulla para dejar que el menor pasara primero, y así fue, Horacio se subió al patrulla seguido del pelo plata.

Conway comenzó a conducir hacía su destino, el cual sabía perfectamente cual era, puesto que estaba al tanto de que los dos vivían en el mismo sitio.
Mientras el superintendente manejaba Horacio susurró.

-¿Le duele algo?- en su cara se veía un poco de preocupación.

-No, no se preocupe, estoy bien- Volkov vio como Horacio presionaba su brazo derecho- ¿Le ha pasado algo?-apunto a su brazo, ahora al que se le veía la cara de preocupación era al ruso.

-Oh, nada, mientras pasaba eso al intentar separarlos me lleve uno que otro golpe- explico el menor.

-Horacio lo lamento mucho, de verdad- al ruso le había puesto triste la idea de que el podría haber sido el que lo golpeara.

-No se preocupe Volkov, no pasa nada, de verdad, dentro de lo que cabe estoy perfectamente bien.-

Volkov decidió no insistir más y se quedó callado, quería descansar, había mentido al decir que no le dolía nada, le dolían las costillas como nunca se había imaginado.

ᴠᴏʟᴋᴀᴄɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora