Era de mañana, las nueve para ser exactos. Viktor se había levantado a esa hora ya que tenía que salir a hacer ciertas compras, Él, siendo comisario, se podía dar el lujo de llegar ciertas veces un poco "tarde" a su trabajo.
"Tarde" porqué el era alguien que siempre estaba en comisaría a primera hora. Sin embargo ese día decidió no llegar tan temprano para poder pasar un tiempo con la gatita que había decidido adoptar un día antes. Tomo la decisión de adoptarla porque la gatita le recordó a una que encontró en la infancia, pero por razones ajenas a el tuvo que deshacerse de la idea de poder tenerla, así que lo que hizo fue llevarla a un refugio donde el sabía que la cuidarían mucho mejor.
Se paró y fue a ducharse, la ducha era algo que el disfrutaba, sentir el agua en su piel era la mejor sensación que este podía tener, y claro, no desperdiciaba la oportunidad de poder sentirla. Unos diez minutos después salió de la ducha directo a buscar su ropa, la cual como siempre siempre fue rápida, unos simples pantalones grises no tan ajustados y una camisa blanca, lo más cómodo para él.
Una vez cambiado fue directo a la pequeña sala que había en su departamento, en la cual se dejaba ver a la pequeña gatita recién levantada, tratando de jugar con el cinturón que había dejado él un día antes al llegar a su casa y recostarse a jugar con la gatita.
Se quedó observando un momento como la gatita trataba de jugar con su cinturón, el cual era mucho más grande que ella, se acercó al sillón y decidió sentarse a un lado de la pequeña para acariciarla.-Que pasa pequeña, ¿Cómo estás?- pregunto mientras pasaba la mano por la cabeza de la pequeña.
La gatita aún no tenía nombre, era algo que Viktor no había pensando, o tal vez si, pero no se decidía por ninguno que le quedara bien a la pequeña, quería algo con un significado tan bonito como la gatita misma.
-Supongo que tienes hambre, ven, vamos a desayunar.- dijo para pararse y dejar que la gatita lo siguiera hasta la isla que estaba en la mitad de la cocina.
Viktor era una persona algo fría, pero la gatita despertaba un sentimiento inexplicable en el. Se sentía feliz de poder tener una pequeña compañía y eso se le veía en el rostro con la enorme sonrisa que ponía al ver a la pequeña gatita.
Saco de la alacena una pequeña bolsa con comida para la gatita y un plato, la gatita aún no tenía un plato para su comida, dado que su adopción había sido un día antes en la tarde-noche, cuando la mayoría de tiendas estaban por cerrar.Sirvió la comida de la gatita en el palito y se lo acerco para que esta comiera, también saco un plato un poco más hondo para poder servirle un poco de agua. Cuando vio que la gatita se acercó a comer y a beber muy tranquila este se dispuso a hacerse su desayuno; Viktor no era la persona más musculosa que había pero cuidaba mucho lo que comía, hacía un poco de ejercicio de vez en cuando, sin contar todo el ejercicio que hacia cuando patrullaba, yendo a códigos 3 que terminaban en tiroteos o cuando hacía persecuciones a pie.
Una vez termino se paró y llevo los platos a lavar. Cuando terminó de lavarlos decidió salir para poder comprar las cosas que la gatita necesitaba, como sus platos, sus juguetes y lo más indispensable; su arenero.
Tomo las llaves de su auto y se despidió de la pequeña con el simple "Ahora vuelvo pequeña, no tardo." Al salir de su departamento el semblante de Viktor cambio totalmente, mostrándose un poco más serio de como estaba en la comodidad de su casa con la pequeña pero bonita compañía de la gatita.
Se dirigió directo al elevador para poder ir al parking de los departamentos. Una vez en el fue para su auto, el cual abrió con las llaves, una vez abierto subió rumbo a una pequeña tienda de mascotas que tenía cerca, no se había molestado en cambiarse ya que en realidad no iba a tardar nada y estaba demasiado cerca.
Estacionó frente a la tienda, salió de su auto y lo cerró con el seguro, porque "uno nunca sabe." Entro a la tienda y fue directo a las cosas que su pequeña gatita necesitaba, compro algunas cosas de más, pero en realidad no le importaba gastar un poco más de dinero en cosas que tal vez harían feliz a la pequeña. Una vez las tuvo todas fue a la caja para pagar, no había mucha gente ya que eran las diez y treinta, así que era un poco temprano aún. Después de pagar y recibir su bolsa con las compras, salió de nuevo hacia su auto, el cual abrió y metió las bolsas en el asiento del copiloto, para después meterse él e ir rumbo a su departamento.
Cuando estuvo en el parking de su departamento salió de su auto y vio como a unos cuantos metros de el estaba un pequeño auto rosa con algunas pegatinas de florecitas muy peculiares, pero no le tomo importancia y dedujo que era alguien nuevo que había llegado a vivir en alguno de los departamentos que aún quedaban por usar.
Pero el nunca pensó que el departamento que iba a ser usado sería el que estaba junto al suyo.