22. "El fin sobre nosotros"

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A Fler no le gusta el café. Es demasiado amargo o muy dulce, muy caliente o no lo suficiente, y genera una adicción legal pero igualmente desagradable. Sin embargo, ahora lo bebe del vaso de cartón que le da Allison sin siquiera darse cuenta de que es café hasta que lo termina. Hay un amargo mucho más profundo cosquilleando en su lengua que nada tiene que ver con el café.

«El mundo se acaba en tres días» las palabras de Luther suenan en su cabeza como un martilleo constante. Sus hermanos se exaltan y hacen preguntas, pero Fler ni siquiera es capaz de escuchar sus voces por sobre el ruido blanco que es su maraña de pensamientos.

Ahora que está sentada en el interior de una casa y no corriendo por su vida, el cansancio de los últimos meses cae sobre ella como un pesado yunque, y aprieta las manos enguantadas contra su estómago para que no le tiemblen. Está tan cansada... Se pregunta que tan malo sería cerrar los ojos ahora y simplemente rendirse.

Solo que Fler Hargreeves nunca ha sido de los que abandonan a los demás, aún cuando debe hacerlo.

Están en un lío muy malo.

—¿El planeta entero? —Allison pregunta, con énfasis en “entero”, y Fler sacude la cabeza para obligarse a volver a la realidad.

—Hola —alguien saluda a sus espaldas y todos voltean hacia el origen de la voz.

Fler aprieta los labios, formando una línea, e intercambia una mirada fugaz con Diego.

Es Vanya.

—¿Qué está pasando? —pregunta.

Hay algo diferente en ella, nota Fler con el ceño fruncido. Algo en la forma en que late su corazón. De todos, Vanya a sido la única con un latido siempre regular como un reloj, sin emoción, exaltación, furia o euforia, solo un constante tac tac tac lento y uniforme, desde que eran niños. Hasta ahora. Fler trata de no preocuparse por lo que ese cambio podría significar.

—Es un asunto familiar —Allison dice,  aunque no está mirando a Vanya sino al hombre que la acompaña.

—Un asunto familiar, claro. ¿Por qué molestarse en incluirme? —Vanya espeta, una sonrisa venenosa en su rostro.

Okay, su día estaba siendo bastante malo sin Vanya haciendo todo su circo de la autocompasión. Fler está cansada y los corazones de todos en la habitación están latiendo con demasiada claridad, como una bomba mecánica de oxígeno.

—Oye, ¿estás bien? —Klaus le pregunta a su lado en un murmullo apagado. A Fler le preocupa el escuchar mejor el corazón de su hermano que su voz.

Ella intenta esbozar una sonrisa que pretende ser tranquilizadora, pero no está segura siquiera de haber logrado curvar los labios en absoluto.

—No interrumpiré —dice Vanya, el sarcasmo impregnado en su voz.

Fler la mira y la ve, los pulmones tras las costillas, las arterias, las venas, cada ventrículo de corazón. Una vocecita en su interior le dice que sería tan fácil solo apretar uno. Elige, hay muchas opciones. Esa voz suena muy similar a la de su padre.

«Concéntrate, número Cero, ¿no quieres convertirte en el arma más valiosa de tus hermanos?»

¿Quiere ella?

—... Te lo diré cuando estemos solas —Allison pide.

Fler aprieta sus manos en puños y respira profundo. Deja que Vanya se vaya, piensa. Parpadea repetidas veces hasta que el mapa del cuerpo de Vanya desaparece de su vista.

Dios, ¿qué le está pasando?

—No te molestes, yo tampoco lo haré —Vanya es mordaz, como nunca ha sido en persona. Suena más como la voz que habló a través de las páginas de su libro.

Letal | The Umbrella Academy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora