❝Yo fui la número Cero❞
Fler Hargreeves es una de los ocho niños que nació el 1 de octubre de 1989 que tuvo la suerte (o desgracia) de ser adoptada por el excéntrico multimillonario Reginald Hargreeves.
Fler es la número Cero, The Healer, pero hace...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
....
Fler y Klaus se encuentran con Diego y mamá nada más entrar a la casa. Al principio, ella no los nota, absorta en sí misma y algo confundida incluso cuando mira a Diego.
Fler se preocupa. Suelta a Klaus, que se balancea libremente por la habitación.
—¿Ella está bien?
Diego mira a Fler de reojo antes de asentir, su atención todavía puesta en mamá.
—Solo... lleva un tiempo sola, le cuesta acostumbrarse a respondernos— responde finalmente.
—Oh. Hola, mamá— saluda Fler.
Mamá les sonríe con sus labios intensamente rojos.
—Diego, Fler, queridos— les dice, como si acabara de notarlos—, me alegro de verlos. Les preparé galletas.
Se aleja, sus tacones sonando sobre las baldosas.
Diego finalmente mira a Fler. Él lleva su traje de “vigilante”, cuero y cuchillos, como no. Fler, sin embargo, no puede juzgarlo. Cubrió un turno de ambulancia al amanecer, así que lleva su uniforme de paramédico, manos enguantadas y su cabello blanco acomodado en la trenza hacia atrás.
—Hola, hermana— saluda Diego. Luce un poco incómodo, como si no supiera que decir o hacer.
—Hola— asiente ella de vuelta y le da una media sonrisa.
Diego da unos pasos hacia ella, como para darle un abrazo, pero Fler se aleja, retrocediendo instintivamente.
—No— suelta.
—Oh, cierto— espeta Diego, y si su orgullo ha sido herido, no lo demuestra—, tu toque de la muerte y todo eso.
Ella frunce ligeramente el ceño ante el comentario despectivo, pero no dice nada. En cambio, busca a Klaus con la mirada. Ni rastro. Uno lo deja de mirar dos segundos y podría estar tomando un vuelo hacia Alemania (sin pantalones y con una cantidad preocupante de sustancias ilícitas en sus bolsillos).
—¿Sigues cuidando el trasero de Klaus?— pregunta Diego, como si le hubiera leído la mente.
—Es mi hermano, estoy preocupada— responde ella, y hay un deje de algo más en esas palabras, casi un reproche, aunque no intencional. Algo como: Me preocupa pero, ¿y a ti? ¿no es tu hermano también?
Diego resopla.
—Eres demasiado... buena— dice, y buena no suena para nada como un cumplido—, deberías dejarlo a su suerte, él toma sus propias desiciones.
Fler sacude la cabeza. Si no aborreciera tanto las discusiones, discreparia.
—Fue a rehabilitación, él lo está intentando— suelta, y es tema zanjado para ella.
