❝Yo fui la número Cero❞
Fler Hargreeves es una de los ocho niños que nació el 1 de octubre de 1989 que tuvo la suerte (o desgracia) de ser adoptada por el excéntrico multimillonario Reginald Hargreeves.
Fler es la número Cero, The Healer, pero hace...
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Fler se agacha tras el mostrador más cercano, cubriéndose la cabeza con los brazos como cuando, en los campamentos de Vietnam, una bomba caía demasiado cerca y todos tenían que cubrirse para las repercusiones. Flora le enseñó un lugar en específico, tras las cajas de suministros. Se escondieron ahí juntas muchas veces antes de que...
Fler parpadea, obligándose a volver a la realidad.
No está en Vietnam, se recuerda. Está en la bolera y alguien les está disparando. De hecho, son varias personas, vistiendo de manera similar a un equipo swat y escuadrón de gases tóxicos al mismo tiempo.
Se voltea hacia sus hermanos, que están escondidos junto a ella, tras el mostrador.
—¡¿Y éstos quiénes son?! —pregunta Diego, tratando de mirar hacia los tipos y al mismo tiempo mantenerse fuera del alcance de los disparos.
—¡Tal vez vinieron para el cumpleaños de Kenny! —sugiere Klaus, gritando para hacerse oír por sobre el ruido de los disparos. Se está cubriendo los oídos y Fler sabe que es por lo mucho que odia éste sonido. Lo sabe porque es igual para ella. O casi. Para Klaus es incluso peor porque en una lluvia de balas el amor de su vida fue asesinado.
—¡No. Podría jurar que es por nosotros! —responde Luther, condescendiente.
Fler se encoge más en si misma, tratando no solo de cubrirse de los disparos sino también de mantenerse lo suficientemente lejos de sus hermanos para no poder tocar a ninguno accidentalmente con su mano desnuda.
Porque no podría ser de otra forma, es Diego quien lanza el primer contraataque. Un cuchillo con su puntería perfecta directo al pecho de uno de los atacantes. El tipo cae sobre la radio y lo siguiente que Fler sabe es que sus hermanos y ella están peleando por sus vidas al ritmo de Saturday's Night.
Hilarante.
La pelea que se desata es caótica y desordenada. Luther arroja bolas de bolos, Diego cuchillos y Klaus... ¿un pastel?
Fler se mantiene abajo, cerca de Allison, cubriéndose los oídos mientras contempla con preocupación como, por cada hombre de máscara que derrumban, llegan otros tres. No ve soluciones a la vista. No soluciones en las que pueda ayudar al menos.
Mátalos a todos.
Fler aprieta los ojos y los puños, intentando deshacerse de la peligrosa energía electrizante que le recorre el cuerpo.
Klaus llega en ese momento y se coloca junto a ellas, mirando por encima del mostrador de vez en cuando.
—¡Bloquean la salida! —avisa en voz alta.
Eres la asesina, número Cero. Te manchas las manos para que otros sean héroes.
No.
—¡¿Cuál es el plan, Luther?! —grita Diego desde otra esquina.
