❝Yo fui la número Cero❞
Fler Hargreeves es una de los ocho niños que nació el 1 de octubre de 1989 que tuvo la suerte (o desgracia) de ser adoptada por el excéntrico multimillonario Reginald Hargreeves.
Fler es la número Cero, The Healer, pero hace...
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2003
Al escuchar la campana, Fler dejó de un salto el libro que estaba leyendo. Era sobre ciencias biológicas, lo había tomado de la biblioteca de papá. Salió de su cuarto y se encontró con sus hermanos, que también salían de los suyos.
Ben tironeaba a Klaus para que saliera del suyo, mientras éste hacía pucheros diciendo que aún no había terminado de liar lo que “consiguió” recientemente. Fler no entendía mucho a Klaus.
Bajaron las escaleras y caminaron a paso estándar con postura erguida, tal como habían sido enseñados para hacer. Se colocaron tras sus sillas y esperaron la orden para sentarse.
Fler se acomodó junto a papá, por el lado de Allison. Por alguna razón, era la única que tenía permitido sentarse tan cerca. Luther siempre decía que eso era un privilegio, pero para ella es bastante atemorizante.
Se sentaron y comenzaron luego de que papá llegó. Fler se acomodó los risos blancos tras las orejas y se inclinó un poco para comer. Sus hermanos hacían todo tipo de cosas, leer, tallar la madera del borde de la mesa. A papá le daba igual mientras nadie...
—Tengo una pregunta.
...hablara.
Cinco acaba de enterrar su cuchillo en la mesa y mira a su padre con arrogancia. Es como pedir la muerte.
Fler tampoco entiende mucho a Cinco. ¿Cuál es la necesidad de buscar una discusión?
Allison, en cambio, dice que está bien, que es secretamente genial que alguien ponga de los nervios a papá de vez en cuando. Esos suelen ser Cinco y Klaus, aunque por razones diferentes y recibiendo castigos diferentes. Cinco vuelve furioso de un castigo, en cambio, Klaus regresa pálido como la muerte y no come el resto del día.
Fler vuelve a la realidad cuando Cinco parpadea y se ha colocado junto a papá, al lado de ella también.
—¿Lo ves?— le dice, queriendo mostrarle lo mucho que han mejorado sus saltos espaciales.
Fler baja la mirada a su plato. Cinco está excediendo las discusiones anteriores.
—¡Suficiente! ¡Te prohíbo que vuelvas a hablar de esto!
Pero no parece ser suficiente, porque Cinco sale corriendo. Huye, haciendo rebotar las puertas a sus espaldas con un estruendo que suena a sentencia. Fler se encoge un poco más e intercambia una mirada preocupada con Allison.
