❝Yo fui la número Cero❞
Fler Hargreeves es una de los ocho niños que nació el 1 de octubre de 1989 que tuvo la suerte (o desgracia) de ser adoptada por el excéntrico multimillonario Reginald Hargreeves.
Fler es la número Cero, The Healer, pero hace...
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Si para Klaus el lugar de sus pesadillas era el mausoleo, el equivalente para Fler sería ésta habitación.
Los gruesos muros, la oscuridad, los recuerdos de los interminables días y semanas que pasó aquí. El recuerdo de la culpa, dolorosa, ardiente e irreparables.
La soledad... El silencio...
Y se lo merecía, sabe que sí. Mató a dos inocentes. Se merecía sentir esa asfixia, esa sensación de desolación, de perdida de cordura. Se merecía quedarse en esa pesadilla para siempre de ser necesario.
Pero, ¿Vanya? ¿Qué hizo Vanya?
Cuando preguntan, la respuesta de Luther es tan certera con surrealista: Vanya tiene poderes.
Su hermana, mientras tanto, golpea la pequeña ventana en la enorme puerta de acero, por la cual una vez Fler se comunicó con Klaus por lenguaje de señas cuando eran pequeños. Se ve tan desesperada y destrozada que es estremecedor.
Fler permanece en la entrada, incapaz de moverse o incluso respirar. Klaus y Diego, por otro lado, caminan hacia la puerta.
Klaus está callado, tembloroso, probablemente recordando su propio encierro en el mausoleo. Y como tanto él cono Fler parecen shockeados por el momento, Diego toma el control y se dirige a Luther.
—¿Acabas de encerrarla porque crees que tiene poderes?
—No, sé que los tiene —corrige Luther con dura convicción—. Pogo me lo dijo. Él y papá siempre lo supieron.
Papá y sus secretos... Parece que nunca terminan.
—¿Por qué no nos dijeron nada? —insiste Diego, apoyando la mano en la puerta—. Creí que había hecho ésta habitación por Fler.
Fler también lo creyó, pero siempre tuvo dudas. ¿Qué tenía que ver la aislación del sonido, por ejemplo, con su poder?
—No creo que hubiera estado destinada específicamente para mí —murmura, de pie a la misma altura de la habitación que Luther—, Al parecer...
—Nos ocultó muchas cosas —agrega Klaus.
—Lo ocultó porque tenía miedo —afirma Luther—, de ella —señala a Vanya.
—Eso es ridícula —se queja Klaus al instante, sin aparta la mirada de la puerta.
—¿Lo es? Nos mintió con todo lo demás —Luther dice—. ¿Sería tan extraño?
