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Hace 18 años
Fler y Cinco no eran algo que se mezclara. No de la formaba de Luther y Diego, que no se toleraban. Era que simplemente no encajaban.
Cinco era rebelde e hiperactivo, siempre saltando y teletransportandose de acá para allá, deseando descubrirlo todo y siendo presuntuoso e impertinente aún cuando debería cerrar la boca. Fler, en cambio, prefería el silencio y la tranquilidad. Era suave y su voz siempre sonaba como un murmullo, y si le pedías algo nunca te decía que no. Ninguno de los dos entendía al otro y, por lo tanto, no se prestaban demasiada atención.
Ben había intentado muchas veces que los tres estuvieran juntos en la biblioteca, ya que les gustaba pasar tiempo ahí, pero a Fler le gustaba por el silencio y a Cinco para dar rienda suelta a sus estudios de física cuántica, así que también rebotaban a lados opuestos cuando estaban ahí. Ben había dejado de intentar. Le gustaban ambos, pero parecía que Fler y Cinco debían existir como cosas separadas para funcionar. O eso es lo que pensaban...
Fler se inclinó hacia los rosales plantados junto al roble, que estaban dotados de hermosas rosas rojas. Las abejas se posaban en ellas en un agradable zumbido, como si tararearan una canción en un idioma completamente nuevo. El patio estaba solitario. Hoy papá había decidido darle enfoque al entrenamiento personal de Cinco, Luther y Diego. Fler y los otros habían tenido el acondicionamiento físico general y estaban teniendo un pequeño tiempo libre.
Entonces, Cinco cayó a su lado en un destello azul.
Fler dió un pequeño salto hacia atrás. Todavía no podía acostumbrarse a las apariciones repentinas de Cinco. Él cayó de rodillas, agitado.
Fler frunció el ceño con preocupación y se inclinó hacia él.
—¿Cinco?
Su hermanos tenía las rodillas y codos raspados y manchados de sangre, los nudillos rotos y el cuerpo cubierto de sudor. Respiraba agitado.
Cinco la miró de arriba a abajo mientras intentaba recuperar el aliento.
—Creí que... no habría nadie en el patio —espetó.
Fler no sabía como eran los entrenamientos individuales de los otros, pero si eran tan malos como los suyos o los de Klaus, haría bien en preocuparse por Cinco.
—Estás herido —mencionó con voz suave, y acercó sus manos a él con intención de sanarlo.
Cinco se las apartó de un manotazo.
—No necesito ayuda —gruñó.
Fler era suave y normalmente prefería guardar silencio y complacer, pero cuando se trataba de sus hermanos heridos, podía ser muy persistente.
—Las heridas no te hacen débil, te hacen humano —Fler suspiró suavemente, arrodillándose frente a él—. Tú te teletransportas, yo sano. Déjame hacer lo que sé.
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Letal | The Umbrella Academy.
Fanfiction❝Yo fui la número Cero❞ Fler Hargreeves es una de los ocho niños que nació el 1 de octubre de 1989 que tuvo la suerte (o desgracia) de ser adoptada por el excéntrico multimillonario Reginald Hargreeves. Fler es la número Cero, The Healer, pero hace...