❝Yo fui la número Cero❞
Fler Hargreeves es una de los ocho niños que nació el 1 de octubre de 1989 que tuvo la suerte (o desgracia) de ser adoptada por el excéntrico multimillonario Reginald Hargreeves.
Fler es la número Cero, The Healer, pero hace...
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Hace 15 años
Número Cero: La habilidades de número Cero han ido evolucionando, demostrando que podría convertirse en uno de mis elementos más valiosos. Su principal obstáculo ahora es su rechazo a matar, pero teniendo en cuenta su débil personalidad, manipularla no será un gran desafío. Con el tiempo, ella podría convertirse en una máquina de matar a mi disposición, la asesina perfecta. Aumentaré el entrenamiento de su toque letal y dejaré de lado su habilidad sanadora por el momento.
—R.H.
. . .
Escuchar un corazón detenerse es la cosa más horrible que Fler ha escuchado jamás. Ella puede escuchar la sangre fluyendo por las venas y arterias, los pulmones traqueteando y, por supuesto, los latidos del corazón. Pero cuando uno se detiene es como si un golpe en el estómago te arrebatara el aliento por completo.
Últimamente, papá la obliga a tener que escuchar ese sonido cada vez más, como todo se detiene y una vida se desvanece. Y es ella quién debe provocarlo, es ella quien debe matar.
Entiende (o al menos hace un gran esfuerzo por entender) que a veces es necesario que lo use. Salvar a personas buenas de personas malas. Proteger a sus hermanos. Y luego lo compensa, sanando. Sin embargo, papá tiene ideas diferentes.
Todas las tardes, luego del entrenamiento grupal, la sienta en una silla y Pogo le muestra objetivos en el proyector, rostros de personas que debe matar cuando llegue el momento. Y mamá le cuenta las historias de esas personas, sus hijos, sus aspiraciones, sus miedos. No son malas personas, pero ese parece ser precisamente el punto.
No son malas personas pero, si papá da la orden, debe matarlos de todos modos.
Es horrible, pero Fler puede simplemente decir que lo hará para liberarse, aunque no se piense capaz de hacerlo.
Hasta que, un día, ella no se sienta porque ya hay una persona en la silla. Es una mujer de la que ha pasado tiempo aprendiendo, su nombre es Violeta Vance, recuerda al verla. Creció en hogares de acogida, es una indigente ahora.
Una perdida que nadie notaría, en palabras de Reginald Hargreeves.
—Número Cero, muéstrame lo que has aprendido —le ordena papá de delante de la puerta cerrada, impasible, como si no estuviera pidiéndole a su hija que asesinara a alguien.
Los ojos de Fler se llenan de lágrimas y recuerda como Luther y Diego siempre la regañan por lo fácil que es hacerla llorar. Niega con la cabeza.
—Papá no... Ella no es mala... No puedo...
—¿No has aprendido nada? —papá no necesita alzar la voz para que sus palabras la golpeen, puede sentir la decepción destilando de él y guarda silencio al instante—. Esa no es una persona, Número Cero, es un objetivo. ¿Qué haces cuando te doy un objetivo?
