_______________Dallas, Texas,
15 de noviembre, 1963Su día empieza desde el momento en que empuja las puertas del hospital para abrirlas. Lleva un vestido blanco sobrio y sencillo que le llega a las rodillas con una cruz roja bordada en el pecho, y un sombrerito blanco sobre la cabeza y del que escapan mechones de su pelo platinado muy corto por sobre los hombros. Sus zapatillas blancas se golpean contra las pulcras baldosas del suelo mientras avanza por los pasillos inmaculados pero ajetreados, esquivando a otras mujeres que llevan su misma ropa o saludándolas al pasar.
—¡Hargreeves! ¡Buenos días! —la saluda alegremente una de sus compañeras, Lydia Porter, que camina en sentido contrario al suyo, probablemente saliente de turno.
—¡Buenos días, Porter! —responde al saludo sin detenerse, perdiéndola rápidamente a sus espaldas.
No tiene tiempo para detenerse. Ya está llegando tarde. Su visita en la mañana a cierto lugar definitivamente tomó más tiempo del que esperaba.
Se desvía a la derecha y deja su bolso en uno de los muchos espacios de un mueble de madera en donde todas guardan sus cosas.
—Llegas tarde. No le va a gustar —le advierte otra compañera, Silvia, que lleva una charola con instrumental sucio en las manos, probablemente en camino a limpiarlo.
—Lo sé —resopla en respuesta. Da media vuelta y recorre rápidamente el camino que queda hasta la oficina que es su destino.
Dios, va a ser un día largo.
Respira profundo, se alisa la falda del vestido con las manos, y cruza la puerta hacia la oficina. Del otro lado, el doctor Ronan levanta la vista de su escritorio cuando la ve entrar. Se inclina hacia atrás en su silla y la observa descaradamente de arriba a abajo antes de hablar.
—Llega tarde, Hargreeves —él señala con molestia. Su vista no se queda precisamente en los ojos de ella.
La mandíbula de ella se tensa ligeramente:—Lamento el retraso. Tuve una-
El doctor niega con la cabeza para detenerla.
—No me interesa — él afirma—. ¿Y mi café?
Fler Hargreeves aprieta los labios para contener un suspiro de hastío. Los 60's definitivamente serían más agradables sin hombres como éste.
—Yo- no traigo- —se aclara la garganta suavemente, aunque por dentro siente deseos de gritar—. Con todo respeto, doctor, ¿Por qué supone que iba a traerle café? Soy una enfermera en su servicio, no su asistente personal.
—Umh, conflictiva. Me gusta.
—¿Disculpe?
El doctor Ronan niega con la cabeza con una expresión decepcionada, como si se dirigiera a una niña o alguien estúpida.
ESTÁS LEYENDO
Letal | The Umbrella Academy.
Fanfiction❝Yo fui la número Cero❞ Fler Hargreeves es una de los ocho niños que nació el 1 de octubre de 1989 que tuvo la suerte (o desgracia) de ser adoptada por el excéntrico multimillonario Reginald Hargreeves. Fler es la número Cero, The Healer, pero hace...