❝Yo fui la número Cero❞
Fler Hargreeves es una de los ocho niños que nació el 1 de octubre de 1989 que tuvo la suerte (o desgracia) de ser adoptada por el excéntrico multimillonario Reginald Hargreeves.
Fler es la número Cero, The Healer, pero hace...
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TW: En éste capítulo se hace referencia implícita a una escena no explícita de intento de abuso sexual. No le sucede a ninguno de los protagonistas y más bien se da a entender en lugar de describirse. Pero, de todos modos, si eres sensible a eso, estás avisadx.
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Dallas, Texas, Enero, 1961
Fler lleva dos meses trabajando en el alegre restaurante de la familia de Mason, comida mexicana al paso. Sí, ella lleva dos meses varada en Dallas y empieza a pensar que esto podría prolongarse por mucho más tiempo. Como Cinco solía decir, el viaje en el tiempo es un sorteo: Podrían pasar meses hasta que uno de ellos aparezca, o años, o tal vez ya aparecieron mucho antes que Fler, o quizás... quizás nunca lo harán.
—Ese plato debe haberte hecho algo horrible para que lo trates así, ¿eh?
Fler se sobresalta y casi estampa el plato en la cara de Mason. Afortunadamente, se detiene a medio camino antes de hacerlo. Lo último que quiere is ir rompiendo la propiedad de la familia de Mason.
—¿Eh?
Mason sonríe con indulgencia.
—¿Estás pensando en tus hermanos?
A Fler le sorprende que él pueda deducir eso con tanta facilidad después de conocerla durante solo dos meses, pero Mason es así, con un sexto sentido en la nuca.
—Algo así —Fler se encoge de hombros, siendo inespecífica a propósito.
—No está mal que quieras retomar tu vida, Fler —Mason le dice, arrojándole un paño de cocina para que se seque las manos.
Fler frunce los labios.
—Yo no-
—Cuándo los vuelvas a ver, ¿no quieres tener algo genial que presumirles? —Mason mueve las cejas en su dirección.
—No somos ese tipo de familia —sacude la cabeza, pero sonríe al recordar a sus hermanos presumiendo sus logros después del almuerzo, justo cuando su padre hubiera abandonado la mesa. Recuerda a Luther arrojándole a Diego un tenedor y a Diego desviándolo y clavándolo en la pared. Y luego a Allison rodando los ojos y rumoreando que se quedaran pegados a la silla durante diez minutos enteros, mientras Klaus se reía a carcajadas, Cinco se burlaba con una mueca de superioridad en los labios, Vanya se espantaba y Ben y Fler intercambiaban miradas para rodar los ojos cariñosamente ante las tonterías de sus hermanos.
