¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Policías.
Ambulancia.
Un accidente.
El mundo de los chicos se vino completamente abajo. Estaban aturdidos, ninguno reaccionaba. Hasta que uno de ellos lo logró. Corrió hasta donde estaba aquella chica pero los oficiales lo agarraron. Gritó, suplicó que lo soltaran pero aún así no lo hicieron, solo pudo ver como aquella ambulancia se iba a lo lejos.
-30 minutos antes-
Los chicos estaban riendo mientras ensayaban Let me In. Desde hace un buen rato estaban tratando de enseñarle a su manager dicha coreografía, pero era tan gracioso ver a este tratar de bailar, por otro lado estaba Jay bastante estresado.
-Bueno ya. Me cansé, me rindo.-Dice el manager. Los chicos se quejan.
-Oppa, usted es muy aguafiestas.-Se queja la chica. Este solo la mira serio.
-Alguien quiere acompañarme al supermercado?-Pregunta Jake agarrando su billetera.
-Yo!-Exclama Asha corriendo hasta el australiano.
-Pues vamos entonces.-Ambos sonríen y salen de la agencia mientras hablaban de diversas cosas. Cuando llegan caminan hasta la parte de refrescos.
-En serio me hiciste venir hasta aquí solo para un refresco?-Pregunta Asha riendo.
-El negocio de la esquina de la agencia estaba cerrado, no me regañes.-Dice Jake. Dasha niega y ríe suavemente. El mayor agarra más refrescos los cuales eran para los demás.- Anda, regresemos. Tengo refresco para ti también.
-Más te valía Jake.-Lo señala con el dedo. El mayor paga el precio correspondiente y proceden a salir del supermercado.
Cuando llegaron a la calle frente a la agencia, ambos jóvenes visualizan a una madre con un bebé en brazos y a una niña a su lado. La mayor cargaba varias bolsas en su mano, desde lejos se notaba que le dificultaba un poco. Jake, como todo caballero, ayudó a la madre con las bolsas. Asha se había quedado atrás amarrando sus cordones.
Al levantar la vista vio como a la niña se le rompía la bolsa que tenía, esta se agachó tratando de juntar los alimentos del suelo, pero lo que no se habían dado cuenta era que un auto se dirigía a su dirección. Asha abrió los ojos y sin importarle nada corrió hasta la menor.
-Cuidado!-Grito empujando a la niña lejos del alcance de aquel automóvil.
El rechinar de los neumáticos se hizo escuchar. Jake, y aquella madre, se dieron vuelta al escuchar el ruido. El corazón del australiano dejó de latir.
