Capítulo 53

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― ¡MIERDA! ―exclamo sobresaltando a Graham y a Tom que son los que me hacen compañía en este momento

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― ¡MIERDA! ―exclamo sobresaltando a Graham y a Tom que son los que me hacen compañía en este momento.

― ¿Qué te pasa? ¿Te duele algo? ― pregunta Graham preocupado mientras Tom me mira con ceño tras analizar mi cara y deducir que no me pasa nada.

Me jode que me conozca tan bien.

― Me acabo de dar cuenta de algo.

― Sorpréndeme ― dice Tom enarcando una ceja.

― ¡NO VOY A PODER BEBER! ¿Cómo coño voy a vivir sin mi cervecita de los fines de semana?

― Eres imbécil, Jill. Pues te jodes, pero no me asustas así, pensaba que te había pasado algo. Eres una desconsiderada ― gruñe Graham.

― ¿Eso es todo lo que vas a decir? ― pregunto frunciendo el ceño, joder, como echo de menos el poder cruzarme de brazos. Graham asiente muy digno ―. Tom ― El aludido alza la vista para mirarme ―, avisa a mi mejor amigo y echa a este impostor de aquí.

― ¡Yo soy tu mejor amigo, bonita! ― exclama ofendido, Tom por su parte no puede contener las carcajadas.

― Harry es mi mejor amigo, él se compadecería de mí.

Graham se lleva una mano al pecho y sale de la habitación como buen rey del drama.

― Si lo de tocar la batería le sale mal, siempre puede ser actor de telenovelas ― digo y Tom ríe más fuerte.

― ¿Qué tripa se le ha roto? ― pregunta Maddie entrando a la habitación.

― No entiende mis dramas de embarazada. ¿Cómo está Martin?

― Igual.

Como ya llevo despierta tres días, Joe pasa más tiempo con Martin y Zac apoyando a Oliver junto con Anna, que pasó a verme y me felicitó. Adoro a esa niña. Harry intenta venir todos los días  y eso no le hace mucha gracia a cierto rubito que aporrea baterías. Dean, Graham y Alan sí que vienen todos los días aunque a veces sólo dicen hola y se van, parece que el abogado les tiene un poco estresados aunque entiende que Tom no quiera ir a las reuniones hasta que me den el alta.

El cabezota de mi novio no se separa de mí, bueno, de nosotros. Aunque le he insistido millones de veces él sigue durmiendo aquí, aunque ayer le pude convencer de que se metiese conmigo en la cama, me quedé dormida con él a mi lado, una hora después me desperté, porque el brazo izquierdo me picaba y no podía rascarme porque está escayolado y en mi fuero interno lloraba por ese motivo...

Ya estas divagando...

Cierto.

Como iba diciendo, cuando me desperté, el cabronazo estaba durmiendo en el sofá.

― ¿Cuándo voy a poder ir a verle?

― Cuando el médico te deje ― dice Tom cansado.

Es normal, pregunto cuándo voy a poder levantarme como 15 veces al día. Tranquilos, hay algo positivo en todo esto, estuve dos días dormida y llevo tres días aquí, eso implica que quedan cinco días menos para que me quieten la puta escayola.

TOUR BUS [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora