TOUR BUS [COMPLETA]

Capítulo 2

LA FOTO ES UNA DESCRIPCIÓN DEL AUTOBÚS, está hecha con Los Sims 4.

Después de jugar al Tetris para meter mi maleta en el compartimento de equipajes del lateral del autobús (el portátil prefiero quedármelo por si me llega la inspiración) conseguimos cerrar el portón. El señor Smith me abre la puerta y me cede el paso. Le doy las gracias mientras me sonríe y subo.

Madre mía, Jill, MADRE MÍA. Ahí están, N5, los cuatro chicos que más admiras están justo delante de ti. Dean Williams, el guitarrista principal, pelirrojo, de ojos azules, delgado y con pecas, está sentado en el sofá afinando una guitarra. A su lado, Alan Brown, el bajista, con el pelo y los ojos negros, está tomándose un té. Graham Hill, el batería, rubio de ojos verdes, larguirucho y con una sonrisa pícara, está jugando con las baquetas en la mesa del comedor. Y nos queda Thomas Jones, la voz, y qué voz. Él está sentado, en frente de Dean y Alan, concentrado en la lectura de un libro del que no puedo ver la portada, pero bendito libro que hace que Thomas tenga esa mirada de concentración, que hace que sus castaños rizos le caigan por la frente de esa forma tan sexy, sus ojos marrones recorren las páginas...

― Chicos ― dice una voz a mis espaldas. Espero que ninguno se haya dado cuenta de que casi me pongo a babear. Ellos levantan la cabeza y fijan su mirada en el señor Smith y luego en mí ―. Esta es Jill, es como una hija para mí así que tratadla bien – añade mientras se dirige a la cabina del conductor.

― Hey ― escucho que sale de mi boca. ¿En serio Jill? ¿Eres escritora y eso es lo mejor que se te ocurre?

― Hola ― dice Graham sonriéndome mientras se sienta junto a Dean en el brazo del sofá ―. Somos Graham, Dean, Alan y Tom ― añade señalando a cada miembro de la banda. Todos me saludan excepto Tom que vuelve a estar centrado en su lectura ―. Pero siéntate, por favor.

― Yo soy Jill, muchas gracias por acceder a recogerme, me habéis salvado ― digo mientras me siento en el sofá al lado de Tom y dejo mi bolsa con el portátil en el suelo y el bolso en mi regazo, simplemente para agarrar algo y que no se note que me tiemblan las manos.

― De nada, es un placer ayudar, si está en nuestras manos ― agrega Alan mirándome con esos ojos negros que tanto me impresionan mientras, Graham le quita importancia a mi comentario con un gesto ―. Además Philip es un gran tipo, no nos va a meter en el autobús a una asesina.

Todos nos reímos, excepto Tom, claro. En serio, ¿qué le pasa a este chico? Suspiro y en ese momento me rugen las tripas. Que bien, cómo si no estuviese ya lo suficientemente nerviosa.

― ¡Vaya! ― exclama Dean ―. Parece que alguien tiene hambre.

― Lo siento, la verdad es que no he comido nada desde el desayuno y estoy hambrienta.

― Por suerte, nosotros siempre llevamos comida en el autobús ― me dice Graham ―. Aunque no podemos decir que sea una dieta muy equilibrada.

― Mejor eso que nada ― contesto con una sonrisa mientras Alan y Dean empiezan a abrir los armarios de la cocina y sacan dos bolsas de patatas y un refresco ―. Gracias ― digo cuando me dan las patatas y la botella.