Cuando su coche decide prenderse fuego, Jill se queda tirada en mitad del desierto. Con suerte, batería y cobertura puede ponerse en contacto con Maddie que le da una solución.
N5, su banda favorita está de gira por EEUU y el padre de su amiga es el...
Este extra es totalmente independiente de la historia principal.
Estad atentos porque en un rato subiré el capítulo 43, aseguraos de haber leído el 42 que hubo un pequeño problema y no sé si lo leísteis.
Un abrazo, espero que os guste el extra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me despierto en mitad de la noche por culpa de un trueno. A mi lado, Tom duerme plácidamente. Vuelvo a recostarme y le abrazo. Sólo ha sido un treno.
Hemos decidido pasar el fin de semana en una cabaña dentro del bosque. Cuando Tom me dijo que íbamos a una cabaña no era esto lo que yo tenía en mente. Más que una cabaña parece una casa del lago, pero sin lago.
Un ruido en el piso de abajo hace que le dé un golpe a Tom para despertarlo.
― ¿Qué pasa?
― He oído un ruido abajo ― murmuro ―. Y no era la tormenta.
― No creo que...
Se calla porque se ha vuelto a oír el ruido.
¡SALTA POR LA VENTANA! NO ES UN SIMULACRO, REPITO, NO ES UN SIMULACRO.
La habitación se ilumina por el rayo y luego el sonido del trueno me hace dar un bote.
― Pues que bien ― gruño.
― Voy a ver...
― Pero, ¿tú eres tonto? ― pregunto sujetándole para que no se mueva ―. Creo que ambos hemos visto suficientes películas de miedo para confirmar que bajar preguntando quién hay ahí es una mala idea.
Literalmente me he agarrado a él como un bebé koala a su madre, como un bebé panda a sus cuidadores, como un bebé mono a un árbol. Me gustan los animalitos bebé, ¿vale?
― ¿Tienes miedo? ―
― Como no borres esa sonrisita de tu cara te la borro yo.
― Entonces, ¿cuál es el plan? ¿Quedarnos aquí hasta que amanezca?
― No veo por qué no.
― Jill...
― Tom, teniendo en cuenta que la alternativa es que bajes y que un asesino loco te abra la de arriba abajo con un cuchillo y te saque las tripas para luego colgarlas por la cocina como si estuviera en una carnicería... pues prefiero que nos quedemos aquí, la verdad.
― ¿Por qué me iba a abrir a mí y no a ti?
― Porque yo no bajo ahí ni por todo el oro del mundo, guapito.
― También podríamos salir por la ventana.
Si es que somos almas gemelas.
― Claro, mucho mejor entrar en un bosque con una tormenta, así si el asesino no te corta la cabeza con un hacha un rayo te parte por la mitad.