El príncipe Erick ||Joerick||

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La última parada de la gira era en Yucatán con el gobernador, los había invitado a su casa de playa, Brian había sido trasladado desde Monterrey y Erick no lo había soltado desde entonces.

El presidente y la primera dama los esperaban en la puerta.

Ambos príncipes junto a su hijo se acercaron.

No habían podido resolver sus diferencias desde la gran discusión que provocó Joel, lo ignoro por días y solo para los eventos apenas y lograba llamar su atención, los intentos de Erick fueron inútiles, Joel jamás le respondía o simplemente huía.

- Altezas -sonrien- Principe Joel... -se inclinan ante él- príncipe Erick

- Gracias por recibirnos

- Es un honor tenerlos aquí

- Príncipe Erick ¿Me sigue? -habla la primera dama-

Erick mira a Joel para que le dé su aprobación, porque aún que estén enojados conoce su lugar como esposo.

- Oh no se preocupe, ellos hablarán temas políticos que a nosotros no nos interesan

- Anda Erick -alienta Joel-

Caminan hacia el otro lado y Brian comienza a llorar al ver qué Joel no los sigue mirando hacia atrás le grita a su papá.

- Pa... -lloraba- pa-pa

- Ya bebé -Erick arrulla- tranquilo nene -toma su mano-

El bebé se calma ante Erick pero sus ojitos ya están rojos y el verde más intenso por el llanto.

- Son muy cercanos

- Es su padre...

Erick no tenía muchos ánimos de hablar, no había dormido bien por días a causa de su ansiedad y estar fingiendo una sonrisa siempre ya era difícil.

- Cuando uno de sus ancestros vino a México haciéndonos una de las colonias españolas nos nombró la nueva España, dijo que éramos afortunados de que ellos nos gobernaran y no los ingleses

Joel lo escuchaba atentó.

- Han sido nuestro cordón desde entonces y estábamos listos para cortarlo

- ¿Qué los detuvo? -frunce el ceño-

- No fue como pensé -suelta el gobernador entre un suspiro- creí que su visita desencadenaría un revuelto que nos llevaría a la independencia, pero no fue así, tuve que detener el movimiento

- ¿Porqué cambio de opinión?

- Majestad, no quiero ofender

- No lo hará

- A decir verdad, si usted hubiese venido solo, no tengo duda que la pelea ya hubiera iniciado, pero él

Los ojos de Joel viajan hacia donde mira el gobernador.

Se encontraban en la terraza de la casa mientras sus esposos se veían desde ahí; ellos estaban en la playa.

- Habla de Erick

Y no es una pregunta sino una afirmación.

- Así es, nos atrapó con su encanto, su belleza y su espíritu altruista por ayudar a los más necesitados simplemente nos hechizo

Eso solo ayudaba a confirmar más lo que su madre le había dicho; Erick se había ganado su gira.

- La gente los vio tan enamorados y creyeron en la magia -suspira- ¿Qué más le puedo decir alteza? -lo mira- es el poder de los cuentos de hadas