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Erick sostiene la manita de la pequeña.

- ¿Pero y tú corona? -mira su cabeza- los príncipes tienen corona

- No la traje hoy -acaricia su mejilla- la dejé en casa -sonrien- ¿Mariana tú quieres una corona?

- ¡Siiiii! -dice emocionada- pero yo no soy princesa

- Todos pueden ser princesas o príncipes solo lo tienes que desear con todo tu corazón

- Alteza -lo llaman- es hora -asiente-

- Debo irme Mariana -la pequeña hace un puchero-

- ¿Puede darme un abrazo? -susurra- hace mucho nadie me abraza

Erick mordió su labio inferior para aguantarse las ganas de llorar.

- Claro que sí

La abraza y la niñita se aferra a él, siente como comienza a llorar bajo sus brazos y eso termina de quebrar a Erick haciendo que lágrimas silenciosas escapen de su rostro. Era una niñita indefensa y se habían aprovechado de ella arruinando su vida para siempre.

No la soltó hasta que sintió que se calmó.

- ¿Ya está? -asiente y Erick toma sus rostro limpiando sus lágrimas-

- Los príncipes no lloran -dice al ver sus lágrimas-

- Todos lloramos alguna vez, es bueno para el corazón -señala su pecho-

- Será un gran Rey -sonríe- el mejor de todos

- Adiós Mariana -deja un besos sobre su frente- vendré a visitarte pronto

Ella solo agita su mano con una hermosa sonrisa que aquella enfermedad no logra siquiera borrar.

Lo encaminan rápidamente hasta su coche y ahí dentro se desploma tapando su rostro con sus manos mientras se recarga en sus rodillas, aún había cámaras afuera y no quería que lo vieran llorar, no quería darles un espectáculo.

- Erick, tranquilo -acaricia su espalda y niega- no es tu culpa, tranquilo

- Es muy injusto -se levanta limpiando su rostro- son... Son unos niños -hipa- no merecen esto

- Las personas son crueles

Claro que lo son, el mundo se había vuelto de cabeza, matar por matar, robar por necesidad o simplemente ser cruel porque es lo único que te han enseñado y Erick lo había vívido en carne propia con la familia de Joel.

- Necesito hacer algo por ellos -niega- ¿Cómo que no?

- El partido del príncipe Joel es el beneficiario de este hospital, todo lo que gane hoy será entregado a ellos y sería bueno que también te presentarás para que vean tu apoyo -Erick asiente- es lo único que puedes hacer

- Vamos para allá

Cuando Erick entro al gran estadio los aficionados hicieron un ruido inexplicable que alertó a todos incluso a los jugadores, gritaban su nombre, chiflando y agitando sus grandes matracas como solo el pueblo mexicano sabe hacer. El escándalo fue tan grande que hizo que Joel se girará al público y cuando lo vió entendió lo que pasaba.

Erick caminó entre saludos hasta la cancha y desde su lugar saludo emocionado a Joel siendo correspondido de la misma manera.

- ¡Vamos Joel! -gritaba- tu puedes

Un gol faltaba para que se llevarán la victoria.

Con unos buenos pases y algunas jugadas en cámara lenta Joel dio su último tiro, metiendo la pelota en la portería. Festejaron alzando al príncipe, Joel busca a su esposo y a punta hacia Erick dedicando su gol.

El príncipe Erick ||Joerick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora