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- Entremos...

Su padre le sonrió tomando su mano, pasándola por orgulloso por su brazo, juntos comenzaron a caminar dentro de la iglesia, una canción melodiosa a acompañaba su entrada.

Todos le sonreían y Erick intentaba hacerlo de vuelta a pesar de estar muerto de nervios, estaba feliz, pero su sonrisa se borró por un segundo cuando logro verlo.

Era Christopher junto a su esposo el general Richard Camacho y su pequeña hija; sus miradas chocaron, ninguno fue capaz de saludar al otro, pero con aquella fría mirada se transmitieron los disgustados que se encontraban con la presencia contraria, al menos eso venía por parte de Erick.

Erick devolvió la vista al frente mirando la espalda de Joel, él sería quien se casará con Joel; el principe sería su esposo y el de nadie más hasta el día de su muerte.

A la llegada de Erick al altar, Joel se giro mirándolo con una gran sonrisa que le causó un enorme sonrojo al menor; Erick realmente se robaría todas las miradas ese día.

Erito entregaba a su hijo menor al heredero al trono con mucho orgullo dándole una reverencia para después tomar su lugar entre las butacas.

Con su mano Joel guío a garganta junto a él, frente al altar donde prometerían sus votos.

- Yo, Joel Pimentel, príncipe de Mónaco -lo mira- te tomo a ti Erick como mi esposo, para respetarte, cuidarte y amarte por el resto de mis días

Coloca la sortija de matrimonio en su dedo sobre aquel anillo celeste que los había comprometido.

Después fue el turno de Erick .

- Yo, Erick Brian Colón -toma el anillo con sus dedos temblando por los nervios- te acepto a ti como mi esposo y prometo amarte, cuidarte, protegerte en las buenas, en las malas, en la felicidad y también en la tristeza por lo que me queda de vida

Las personas presentes se sorprendieron al no escuchar la palabra "obedecer" entre sus votos, una simple palabra que tenía mucha fuerza dentro de la monarquía y que se había repetido dentro de todas las bodas Reales.

En ese preciso momento todo el pueblo se pudo dar cuenta que el joven Erick marcaría un cambio en la monarquía.

- En el nombre del señor y bajo la ley española que me concierne yo los declaro esposos, su alteza... -se inclina ante Joel- puede besar a su esposo

Con los nervios encima por parte de ambos príncipes, Joel miro al menor relamiendo sus labios mientras que con una sonrisa lentamente se acercaba a su rostro, Erick podría jurar que iba a desmayarse ahí mismo, nunca había besado a nadie antes y su primer beso sería prácticamente enfrente de todo el mundo.

La confianza que Joel le logro transmitir no le permitió dudar, pero sus nervios y su instinto hicieron que bajara la mirada sonrojado, Joel sonrió de lado, alzando su barbilla ente una risita que solo Erick logro escuchar.

- ¿Me permites? -con aquel sonrojó en sus mejillas y sin ninguna duda asintió-

Con sus dos manos acunó su rostro, lentamente unió sus labios en un pequeño roce que logro estremecer a ambos. Joel movía su boca despacio dándole la suficiente confianza para que Erick le correspondiera.

Una emoción nueva se instaló en su pecho; Joel sentía que los labios de Erick fueron hecho para ser besados solo por él, mientras que Erick experimentaba la nueva sensación de un beso. Un beso que los hizo vibrar y sentir que eran las personas más afortunados sobre la faz de la tierra.

Aplausos de regocijo les hicieron compañía.

Al separarse las mejillas rojas de Erick se intensificaron y Joel sonriendo por su expresión, depósito un beso en su frente.

Juntos salieron tomados de la manos subiendo al carruaje Real, tendrían que dar el primer recorrido como matrimonio por el centro de la ciudad

Las banderas de España se agitaban con orgullo en el aire, el principe más codiciado del mundo por fin estaba casado con alguien que merecía apellido.

Joel y Erick saludaban a la multitud, sonreían emocionados e intercambian miradas llenas de amor; esto según los espectadores.

Erick se sentía dentro de su hábitat natural, la dicha lo llenaba, era el más suertudo de todo, pues el amor que él sentía por Joel era inigualable.

- Te gusta ¿Cierto?

- Es abrumador -rie- pero está gente te admira Joel...

- Vinieron aquí por ti -acaricia su mano- a ver tu gran belleza

Y a pesar de no amarlo, Joel aprecia su belleza nata y aquel sonrojó es una acción que jamás se cansaría de presenciar, menos al saber que él era la razón.

- Esa amiga tuya que tenía el protagónico en la obra, debe de estar sintiendo mucha envidia al verte el televisión

Rieron; Erick le sonrió con el corazón en la mano, no podía creer que en verdad de acurdara de aquel detalle.

- Ahora no existe otra historia en la que quiera ser protagónico, que no sea la nuestra

Joel le sonrió besando su mano, el pueblo estaba orgulloso de su decidió y él en verdad esperaba no fallarle a Erick.

Justo antes de que pudieran entrar a la recepción, los recién casados se detuvieron dando un último saludo a la ciudadanía.

¡Beso, beso, beso!

Entre sus gritos era lo único que se distinguía.

- Hay que darles lo que desean -Joel le susurra a lo que Erick solo asintió-

De nuevo tomó su rostro entre sus manos dándole un piquito a lo que la gente grito de la emoción.

El primer baile de la pareja hizo presencia.

Bailaban al compás de música, Joel mantenía sus manos en la pequeña cintura Erick mientras el menor se sostenía de sus hombros. Joel unió sus frentes cerrando los ojos, deseando que quien estuviera ahí fuera otra persona, pero al abrirlos se encontró con Erick junto a aquellos ojos azules que brillaban a más no poder; ahí lo decidió daría todo de su parte para que su matrimonio funcionará.

Ya sentados en su mesa, Rikki y Dayron los interrumpieron.

- Altezas -se inclinan- ¿No lo prestas un ratito? -Joel asiente- gracias... -lo tres se le quedan viendo-

Joel hizo lo mismo hasta que logro captar lo que querían.

- Ya entendí -se levanta- yo soy él que me tengo que ir

Se alejo llendo con sus supuestos amigos, lo recibieron entre un gran abrazo y felicitaciones.

- Es hermoso...

Las miradas fueron directo hacia Erick, aún se encontraba sentado riendo con sus amigos, una risa melodiosa que lograba hacer sonreír a Joel.

- Te sacaste la lotería Joel

Desde que supieron de su compromiso cada uno de ellos alardearon sobre su gran belleza.

- El príncipe más bello que el Reino español haya tenido

- Sin duda -agregan sin cuidado-

- Solo míralo Joel -señalan- es un pequeño cordero entre este rebaño de lobos y tú mi amigo -golpea su hombro- tendrás que sacrificarlo

La mirada de Erick choca con la de Joel y se sonríen al instante.

- Lo moldearas a tu manera, será el esposo perfecto

Eran palabras de medios ebrios, pero sin esas palabras removieron algo en su interior.

- Suficiente -declara- es mi esposo

No eran celos, solo quería que ellos respetarán a Erick cómo su esposo que es.

- Solo disfrútalo Joel

La noche se acercaba y el cuento de hadas ya se había cumplido, ahora lo único que hacia falta era el vivieron felices para siempre.













All the love ❤️

El príncipe Erick ||Joerick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora