El príncipe Erick ||Joerick||

Extra

- Detente

- ¿Aquí?

- Si, aqui

- Oye Erick, no creo que sea una buena idea

- Lo es

Erick desabrocha su cinturón subiendo encima de mi.

- Si no es ahorita, regresando a casa no habrá nada Joel

Con el nacimiento de Estrella nuestra intimidad está en un punto muerto, hay noches en las que casi no dormimos por cuidarla y si no es la bebé, es un cuate o Rebeca incluso Brian y Alina en ocasiones dan pequeños problemas.

- ¿Te das cuenta que estamos en vía pública?

Parece no escucharme pues me besa intentado quitar mi pantalón.

- Si, pero nadie pasa por este lado, ya es tarde

Con lo poco que me quedaba de cordura trate de resistirme.

- Erick, podrían vernos

Se aleja mirándome enojado con el ceño fruncido.

- Joel, te preguntaría si no quieres pero se nota que si -señala con sus ojos mi intimidad- nadie nos verá -toma mi falo entre sus manos- pero puedo bajarme si es lo que quieres -aprieta- ¿Eso quieres? -susurra contra mi boca y negué- entonces cállate y besame

Lo jalo contra mi boca besándolo con desespero, su lengua y la mía de inmediato luchaban por dominar, Erick se había vuelto mi droga favorita y hacerle el amor solo era una de los cosas que amaba de él.

Mis manos viajaron a su entrada buscando aquel lugar tan familiar y del que era dueño. Erick estaba tan sensible pues apenas lo roce soltó un gemido agudo.

- Necesito que entres -jadea- solo hazlo

Se levantó un poco bajando su ropa quedando desnudo para mí, lo admiré, era tan hermoso; lo amo tanto.

- Oh...

Gemí al sentir como sus paredes se deslizaban sobre mi, Erick comenzó un vaivén lento y marcado que me robaba suspiros mientras apretaba sus caderas ayudándolo a moverse. Se aferraba a mi cuello soltando gemiditos que callaba con besos recorriendo su boca y su cuello.

- Joder...

Echa su cabeza para tras; ha encontrado su punto. Me mira directo a los ojos y sin perderme de vista se mueve a su gusto mientras beso sus dedos introduciendo los en mi boca.

- Tócame Joel -jadea-

Pase una de mis manos por debajo de su playera tocando su pezón y jugando con él, la otra le dirigí a su pene, tocandolo a su ritmo. Esta obscuro, pero la piel sudorosa de Erick brillaba ante la pequeña luz, mirándolo, tocandolo y sintiéndolo me llevaban al mismo cielo.

Al sentir de cerca mi orgasmo lo jale para besarlo apasionadamente, alzandolo un poco comencé a taladrar su entrada con brutalidad, me volvía loco y sé que está igual que yo al escuchar sus gemidos desenfrenados contra mi piel.

- Oh Joel...

Y como era su costumbre después se vino sobre mi abdomen para acto seguido sentir como me descargaba dentro de él dejando largos y calientes chorros. Deje caer mi cabeza en el respaldar y Erick se acurrucó en mi cuello. Después de cada sesión quedaba agotado, terminaba temblando pero Erick siempre me sostenía haciéndome sentir seguro entre sus pequeños brazos.

- Necesitamos llegar con los Vázquez

- Lo sé -suspire- solo cinco minutos más

Después de aquellos minutos emprendimos nuestro camino de nuevo hacia la residencia de nuestros amigos. Fernando y Lucia eran los únicos que conocían todo nuestro pasado y ahora les llevaríamos leche y algunos quesos que nos habían comprado.