CAPÍTULO LVI
Fortaleza—Beomgyu faltó hoy también —Yeonjun refregó el dorso de su mano llegando de su trabajo de medio tiempo.
Todo seguía igual con él, a diferencia de que su madre había ido varias veces a casa de Soobin pidiéndole al peliazul que regresara. Yeonjun aceptó, pero ya habían pasado varios días y él todavía no volvía.
Tampoco pensaba hacerlo, sólo le dijo aquello a su madre para que estuviera tranquila, ya había apartado el departamento en el que empezaría a vivir.
Le emocionaba vagamente la idea.
—A ti nada más se te ocurre hacer una confesión así de bruta ¡Y con Beomgyu! —Soobin le lanzó alguna bolita de papel que encontró por ahí.
—Ya, ya, no pensé que se lo tomaría tan mal; es decir... ya le había dicho que me gustaba, decirle que estoy enamorado es una verdad más, pensé que me batearía o algo similar, uh... Resultó peor —se echó en la cama de Soobin estirando sus brazos—. Por eso no quería decirle eso exactamente... ¡Trae el alcohol!
—Ya no hay vuelta atrás, hombre.
—Estaba algo dudoso y... pensé que le podía gustar al menos un poco.
—No es fácil mantener una relación con alguien como Beomgyu y lo sabes —espetó Soobin yendo por una de las botellas de alcohol de su padre—. Yo que tú no buscaría ninguna relación con-
—Si todo el mundo pensara como tú lo haces, privarían cruelmente del amor a una persona que lo necesita más que nadie —interrumpió el peliazul mirándole acribillante—, yo quiero estar con él y darle esa oportunidad de sentirse amado, por muy difícil que sea.
—Pero él parece que no quiere, Yeonjun, no puedes darle amor obligado, si no se deja, no se deja y ya —buscó algunos vasitos pequeños de shots, pero al dejarlos sobre la cama, Yeonjun tomó la botella con ninguna intención de usar el vasito.
—Le dije que nos alejáramos... —destapó la botella y le dio un sorbo largo que terminó por gruñir desde lo profundo de su garganta—. ¿Sabes cuánto me cuesta? ¡No tuve nada de fuerza voluntad! Fui hasta su salón al tercer día, no aguanté.
Pero él no estaba allí.
Y no estuvo allí todos estos días.
—Taehyun no me habla de Beomgyu, y él me bloqueó de todos lados, no responde mis llamadas, su celular siempre suena apagado —tomó de la botella nuevamente, apretando sus ojos ante la intensidad del líquido.
»Sólo me resta ir a su casa, pero puede que me aviente la puerta en la cara.
—¿Y dices ser tú el que dijo que se alejaran? Ja —soltó una risilla burlona quitándole la botella al peliazul quien se quejó—. ¿Qué te pasa, Yeonjun? Dijiste que te alejarías por tu bien porque a él no le importa.
—Sí le importa —dijo el peliazul—, pero no de la manera en la que a mí, además, dije lo que se me pasó por la mente sin pensarlo mucho, estaba molesto —justificó mirando como el adverso servía en ambos vasos de shots y le extendía uno a él.
—¿No pudiste siquiera esperar unos dos días más? Él cumplía años el día siguiente a ese.
Y entonces Yeonjun se sintió la peor persona existente en la faz mundial.
Merecía morir.
No, merecía vivir y sentirse mal por el resto de su vida, morir era muy fácil.
—Maldición —tomó el vasito de shots rápidamente, consumiendo el líquido y yendo por la botella de nueva cuenta—. Soy un hijo de puta.
—Lo eres.
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His Little Anxiety™ © Yeongyu.
Fanfiction𝗛𝗟𝗔 | La ansiedad es semejante a cuando una persona que se ahoga se aferra a ti, quieres salvarlo, pero lo único que logras es hundirte con él. "¿Y si en lugar de querernos mucho, nos queremos bien?". 𝒊. Yeongyu. Cincuenta y nueve capítulos...