♮||35||♮

4.3K 632 963
                                    

CAPÍTULO XXXV
Tienes una desviación sexual, mejor conocida como "fetiche"

No pensó que una masa horneada de chocolate pudiera saber a gloria sólo con un poco de crema dulce.

Demonios, juraría que comería de eso todos los días sin cansarse jamás.

Sus mejillas estaban llenas del alimento, sus papilas gustativas enviando corrientes eléctricas a todo su cuerpo de lo sabroso que podía llegar a ser su sabor, sus labios brillantes y llenos de crema, sus pupilas dilatadas, parecía todo un infante comiendo su primera porción de dulce.

Beomgyu en sus diecisiete años jamás había probado semejante manjar, si así les había quedado a ellos se imaginaba solamente el sabor de un brownie preparado profesionalmente, debería ser aún más exquisito.

Unas horas después los dos chicos estaban retomando el anime que estaban mirando al inicio, Yeonjun parecía seguir enérgico mientras que Beomgyu ya había cerrado los ojos en una batalla de no hacerlo, sentía sus párpados arenosos y un pequeño bostezo se le escapó sin su consentimiento.

—Supongo que ya es hora de dormir para ti —espetó Yeonjun mirando a Beomgyu luchar contra la gravedad tratando de mantener sus párpados abiertos.

—Quiero terminar de ver... el capítulo —su voz soñolienta daba directamente contra el castaño, su cansancio no se podía disimular.

—Quizá luego —propuso el mayor levantándose del sofá y haciéndole señas a Beomgyu para que se levantara también.

Beomgyu caería al suelo en cuestión de tiempo debido al monumental Morfeo que se cargaba encima, mientras Yeonjun lo tomaba de la muñeca guiándolo a la habitación en la que dormiría, Beomgyu permanecía con un ojo abierto y otro medio cerrado.

Le dejó en la habitación frente a la suya, le indicó que allí podría dormir, se despidió y observó como Beomgyu sin dudarlo se estampó de cara en la suave cama de la habitación y allí se quedó completamente dormido.

°°°

Suspiraba. Sus manos se deslizaban con facilidad y deseo por sobre la espalda ajena, sus labios sutilmente abiertos rogando por más oxígeno, un hilo de saliva delimitando su cavidad bucal, sentía como una boca succionaba la suya con ímpetu, con un contundente frenesí. Su corazón latía tan afanoso que podía contar corridamente el número de palpitaciones.

Sus dedos delineaban dócilmente el pecho de su contrario, tocaba con ansias esas clavículas que habían estado llamando por su atención, el sudor que emanaban los cuerpos debido a la temperatura volvía todo más erótico y sensual.

Luego de eso despertó agitado.

Su pecho subía y bajaba, estaba sudando y sentía el aire caliente a su alrededor, quizá eran las dos de la mañana aproximadamente. Beomgyu estaba totalmente pasmado y ahora mismo tenía una rigidez algo dolorosa justo en su entrepierna.

Mierda.

Por defender su propia moral prefería dejar que la erección repentina bajase sola, pero en ese preciso momento, su voluntad al apartar su necesidad de saciarse era minúscula. Se gritó a sí mismo que no se le ocurriera moverse y que devolviera su cabeza a la almohada.

Pero ni eso lo detuvo. Se odió demasiado en cuanto se levantó y tocó el piso frio sólo para ir al baño, liberar su falo erecto y empezar a estimularlo para calmar el bulto.

¿Hace cuánto tiempo no hacía ese tipo de cosas? Sí... calculaba que alrededor de cinco años, cuando había pasado su etapa de niño curioso hormonal, y recuerda haberlo hecho unas cuantas veces que se podían contar con las manos.

His Little Anxiety™ © Yeongyu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora