CAPÍTULO XXII
Le agradaba
¿Quién despertaría a las seis de la mañana un domingo? Y encima, entusiasmado.
Choi Beomgyu justo ahora.
Saltó de la cama y colocó sus pantuflas para evitar contacto directo con el suelo frío, bajó las escaleras y abrió sigilosamente la puerta de la habitación de sus padres los cuales estaban durmiendo aún.
Entonces el pelinegro se escurrió por el lado de su madre y le tocó el rostro varias veces para intentar despertarla, claro, logró su objetivo.
Para su madre fue casi un milagro tal acto, mirar a Beomgyu despertarla con una hermosa sonrisa dibujada en su rostro el cual no se quedaba atrás, tal y como cuando era tan sólo un infante.
Y las palabras que le expulsó hicieron que su mañana fuera la mejor desde hace mucho tiempo.
—Mami —musitó el menor con voz tenue. Beomgyu nunca le llamaba así, impactante para aquella mujer, el regocijo que consiguió en su alma fue monumental que de repente su morfeo se extinguió—. ¿Puedes llevarme por un regalo para Yeonjun hyung?
Choi Beomgyu estuvo despierto toda la noche, en modo descanso, por supuesto, pero además de su ansiedad, la emoción que le invadió cuando su subconsciente le concedió el permiso para aceptar ir al cumpleaños de Yeonjun le mantuvieron con el cerebro activo toda la noche.
"Debo levantarme temprano si quiero conseguir un buen regalo un domingo".
"Sí iré, ya está decidido".
"O quizá no deba ir".
"No pasa nada si no voy, ¿O sí?".
"¿Qué tipo de cosas le gustaría a Yeonjun?".
Y quién contaría las otras cosas que se tomaron el tiempo de saludar a sus pensamientos.
Cuando su madre aceptó llevarlo, nuestro protagonista salió disparado como bala hacia su habitación, se duchó y se colocó ropa casual que quizá pensaba que estaba bien para ese día de temperatura media.
Un jean desgastado cómodo con enormes bolsillos detrás, una franela grande y holgada color negro con el logo de Marvel que le caía por los hombros ocultando su esbelta figura debajo, más dándole un toque singular y tierno, Converse hasta el tobillo del mismo color que la franela y un pequeño gorro de esos marihuaneros que usan para ocultar el cabello desordenado siendo este de un color blanco, eso estaba más que bien para él.
La verdad no le importaba mucho cómo se veía realmente, sin embargo, habían ocasiones en la que quería satisfacer su gusto por lo físico eligiendo lo que a su criterio le sienta mejor.
Esta era una de esas veces, quizá por su estado de ánimo, hoy estaba feliz, hacía tiempo que no iba de compras con su madre, desde que era pequeño se evitó salidas debido a su fastidioso trastorno, pero Beomgyu quería convencerse de que ya estaba curado, aunque no fuera verídico y su alma le gritara que sí está enfermo, al menos debía tomar eso que dijo Yeonjun: "Se como un niño, juega a que no tienes nada", eso estaba haciendo y por eso iba a salir de compras... después de tanto tiempo, la verdad estaba emocionado.
Pero quizá no era el único motivo por el que estaba de buen ánimo un domingo.
Los mensajes que recibió el día anterior influyeron en su respuesta hacia la invitación que le ofreció Yeonjun.
«¿Seguiremos con mis clases de lectura mañana, Beomgyu?»
«De verdad lo disfruté mucho:D»
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His Little Anxiety™ © Yeongyu.
Fanfiction𝗛𝗟𝗔 | La ansiedad es semejante a cuando una persona que se ahoga se aferra a ti, quieres salvarlo, pero lo único que logras es hundirte con él. "¿Y si en lugar de querernos mucho, nos queremos bien?". 𝒊. Yeongyu. Cincuenta y nueve capítulos...