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CAPÍTULO XLV
Actúa

Yeonjun estaba preocupado, sin embargo, cuando su madre le envió a lavar los platos, dejó el celular de lado.

Había estado enviándole mensajes a Beomgyu, mirando si estaba en línea en WhatsApp, si estaba conectado en Facebook…pero nada.

No había señales de Beomgyu.

Habían pasado tres días en los que ni siquiera asistía a clases. Encima, Kang Taehyun tampoco sabía del pelinegro.

Estaba jodidamente preocupado, pero no se atrevía a siquiera aparecerse por su casa sin siquiera avisar, le daba suma vergüenza y encima creía que no estaba bien.

Pero estaba a punto de hacerlo.

Aunque sólo fuera a tirarle piedrecillas a su ventana mientras se ocultaba en un arbusto a ver si podía ver su rostro, quería saber si Beomgyu estaba bien.

Su mirada se cayó mientras enjuagaba uno de los platos, su mano dejó de moverse y se quedó inmóvil pensando en lo que podría estar pasando Choi Beomgyu.

Un fuerte estruendo se escuchó.

Pedacitos de vidrio regados en el suelo, a sus pies. Su cuerpo trepidó del impacto para luego lanzar maldiciones susurradas.

—Maldito seas, Choi Taehyung —masculló en un alarido el más alto mirando a su mayor quien había llegado silenciosamente y le había sorprendido apretando sus hombros de repente, sacándolo de su concentración.

Taehyung soltó algunas carcajadas para luego exagerar una expresión de asombro colocando su mano en sus labios para hacer más énfasis en la hipérbole.

—Uy, Rompiste el plato, Yeonjunnie —señaló al suelo, como si no fuera lo suficientemente obvio—. Estabas hipnotizado en el agua cayendo, ¿En qué pensabas? Parecías un idiota.

Yeonjun sopló apagando el agua que corría y enseguida secó sus manos apartándose del área llena de vidrio.

—¿Y esa cara? ¿Quién se murió? —siguió cuestionando su hermano mayor mirando a Yeonjun con la dichosa cara de preocupación.

El castaño sólo le dedico una mirada yendo hasta donde se encontraba la pequeña escoba de mano, creía haber visto a su madre ponerla en los cajones inferiores.

—¿Tiene que ver con Beomgyu, no es así?

Y justo le atinó.

La mirada de Yeonjun fluctuó yéndose hasta el suelo murmurando:

—¿Cómo sabes eso?

Taehyung silbó entre dientes, miró a su menor rodando los ojos mientras se apoyaba en la pared más cercana y se cruzaba de brazos.

—Siempre te pones así cuando pasa algo referente a él —aclaró—. Cuando no contesta tus mensajes —empezó a contar subiendo un dedo mientras su menor se agachaba con la pequeña escoba ya en manos y un pequeño recogedor—, cuando no quiere hablarte en el colegio, cuando te echa de su presencia, cuando le pasa algo y no te quiere decir, cuando te rechaza las propuestas… ¿Quieres que continúe? Estuve estudiándote estos últimos meses y no tienes un buen estado de ánimo.

Taehyung se acercó a él agachándose y quitándole los instrumentos de las manos, le miró pasible.

—Me preocupas.

Yeonjun respiró hondo refregando el dorso de sus manos en su rostro con frustración, un poco más de fuerza en aquella acción y se arrancaba la piel.

His Little Anxiety™ © Yeongyu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora