His Little Anxiety™ © Yeongyu.

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CAPÍTULO XLIX
Arrúllalo

Yeonjun estaba recostado en el poof de su habitación, aquel mueble moldeándose a su figura y brindándole la comodidad que estaba buscando en un momento de babia.

No podía sacarse a Beomgyu de la cabeza.

No podía sacarse de la mente su deífica expresión al ver por primera vez esa enorme pantalla reproduciendo una película.

No podía dejar de pensar en la dulce mirada de sus ojos.

No podía olvidar cómo su menor se sobresaltaba por el fuerte y repentino sonido que emanaban las bocinas del estruendo de la película en toda la sala.

La sensación de la cabeza de su menor en su hombro, su respiración calma, su sonrisa, su rostro siendo iluminado torpemente por la luz de la pantalla.

Todo fue simplemente memorable.

Sentía el fantasma del fuerte agarre de Beomgyu en su brazo.

El día de su cita, primero debían pasar por la entrada extremadamente concurrida antes de ir a su sala correspondiente.

Pero Beomgyu entrando en leve pánico, se aferró al brazo de Yeonjun como si su vida dependiera de eso.

Se sintió tan bien al ser el soporte de Beomgyu en esos momentos, como si él fuera su protector.

Él quería protegerlo siempre.

Repetía en su mente una y otra vez su primera cita, sentía que no pudo ser más perfecta de lo que la clasificaba, y la reproducía en su cabeza queriendo recordar hasta el último detalle:

—Está todo muy oscuro —Beomgyu había hablado bajito, pero suficientemente perceptible para Yeonjun quien sólo sonrió.

—Las salas de cine son oscuras, Gyu —recordó que le había calmado y enseguida lo jaló levemente de la muñeca hacia una de las filas.

Entonces ambos habían tomado asiento en la fila, dejando la bandeja de las golosinas y palomitas compradas de lado, colocando las bebidas en los portavasos de los reposabrazos.

Cuando los cortos antes de la película empezaron, los sonidos extremadamente fuertes hicieron sobresaltar al menor; Yeonjun rio mirando a Beomgyu.

Su carita estaba sobresaltada y su agarre en los reposabrazos se había afirmado.

Recordaba que en ese instante pensó bastante e incluso fluctuó para poner una de sus manos en la de Beomgyu, como una escena romántica de película.

Pero en cuanto hizo amague de actuar, Beomgyu alzó su mano y tocó a su mayor mirándole algo ávido.

—Esto... Uhm... Es bastante incómodo —Beomgyu se había quejado acerca de los reposabrazos.

Así que Yeonjun levantando el reposabrazos después de cambiar de lugar su vaso, miró a Beomgyu con ojos apacibles.

La película que inició en ese entonces había sido una de Sonic el erizo, aunque Yeonjun lo único que no recordaba era el nombre; el colmo sería que se llamara como él se refería a la misma.

Ese período de tiempo se fijó en la película, aunque de vez en cuando miraba de soslayo hacia el azabache quien estaba más metido en la película que alguno de los personajes.

Beomgyu parecía un niño pequeño sumergido en sus caricaturas, los labios semiabiertos y su respiración calma.

Tan etéreo.

No pudo hacer que Beomgyu dejara de prestarle atención a la película por mucho que intentó.

Él había perdido el interés a la mitad del metraje; y lo único que quería era inclinarse hasta Beomgyu y besarlo hasta que sus labios dolieran.