CAPÍTULO XXVI
¿Celos...?Era satisfactorio reconocer que al menos no debía lidiar más con el colegio debido al receso de invierno, era el último día de clases, todos corrían de aquí hacia allá en el receso intentando remover sus nervios e invitar al baile de fin de año a cualquiera que su corazón desease, Beomgyu nunca asistió al baile, sí, lo habían invitado unas cuantas veces al principio, luego su reputación de chico reticente se esparció por el aula y ya ningún alma más quiso invitarlo por miedo a ser rechazado, y estaban en lo cierto.
Mientras todo el alumnado de las instalaciones se preocupaba por el tedioso tema, Choi Yeonjun y Choi Beomgyu se hacían en el aula del menor como tenían por costumbre en los recesos desde que se conocieron, bueno, Yeonjun tenía por costumbre irrumpir con su paz en los períodos recreativos.
El menor se hacía con la cabeza en los muslos del mayor recostado en el suelo mientras leía un libro de los que había comprado su madre para él recientemente, y es que; desde el cumpleaños del mayor, éste le ha insistido a Choi Beomgyu que siguieran reuniéndose más seguido para leer, se había vuelto un pasatiempo sólo de ellos, sin embargo, era peculiar, ya que cada vez que Beomgyu se transformaba en un silencioso narrador cautivante, diciéndole así, el otro se tornaba muy efusivo llegando a exterminar la lejanía entre ambas anatomías, atreviéndose a transmitir caricias al otro sin que éste se quejara u opusiera a su tacto mientras seguía con la lectura.
Era una imagen digna de contemplar; Choi Beomgyu recitando algún poema plasmado en el libro con su voz ligeramente ronca, su cabello apuntando a todas direcciones desordenado yaciente en los muslos del mayor quien tenía las piernas estiradas y la espalda apoyada en la pared, sus manos perdiéndose entre la cabellera ajena, peinando y acariciando con sus dedos, dándole una placentera sensación de tranquilidad al que leía, y él sólo se preocupaba por dos cosas: escuchar su dulce voz y jugar con sus hebras azabache.
A Beomgyu ya le daba igual.
Mientras que, por otro lado, a Yeonjun le crecían los sentimientos cada vez más, como si su corazón fuese un globo y estuviese siendo llenado por el poder de un fuerte soplador de hojas, estaba embelesado con su menor, su físico, su personalidad, lo mierda que fueran sus argumentos hacia él, todo.
—"¿De verdad iba a permitir que un mortal ilegal le despojara de su magnificencia? —ordenó en su mente y expulsó las palabras conjugadas como sonido a través de su boca— ¿En serio? ¿Sólo por amor? ¿Sólo por sentir esas emociones que te hacen estar lleno?, era una locura, pero ya no podía alejarse de él, ni por voluntad propia, ni por conveniencia. Lo necesitaba, y lo amaba". —terminó el párrafo dando un leve respiro.
Beomgyu leía adaptándose al tema que creyó su madre que le gustaría a la hora de comprarle el libro; romance y fantasía, se trataba de un dios poderoso que compró a un ser humano en una subasta, Yeonjun chistó cuando escuchó aquella glosa diciendo que los humanos no son subastados, entonces Beomgyu le soltó una de sus charlas aclarativas diciéndole que las subastas de mujeres (que obviamente son humanos) existen, donde los consumidores las compran con fines sexuales mayoritariamente, y no sólo subastan mujeres, si no también hombres y casi con los mismos fines.
En fin, siempre era un aprendizaje para Yeonjun teniendo al menor a su lado leyéndole cada palabra que encontraba en una página, y es que, discutir con Beomgyu es como discutir con Google, literalmente, tenía respuesta para todo y utilizaba unos argumentos tan firmes que te hacían tirar la toalla, y cuando no eran del todo correctos... tergiversaba, claro.
Cada discusión con Choi Beomgyu terminaba con un Choi Yeonjun cerrando la boca sin palabras.
—¿Qué harás en el receso de invierno? —preguntó a Beomgyu cortándole la inspiración, como decir.
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His Little Anxiety™ © Yeongyu.
Fanfiction𝗛𝗟𝗔 | La ansiedad es semejante a cuando una persona que se ahoga se aferra a ti, quieres salvarlo, pero lo único que logras es hundirte con él. "¿Y si en lugar de querernos mucho, nos queremos bien?". 𝒊. Yeongyu. Cincuenta y nueve capítulos...