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CAPÍTULO XXV
El inicio

En cuestión de tiempo ya iban por la mitad del segundo capítulo con Beomgyu dirigiendo la lectura a voz etérea, envolviendo con aquellas palabras tan únicamente a él y a su contrario, nadie más tenía porqué escuchar.

—"Un género literario que puede parecer tan simple. La fantasía quizá para algunos sea sólo dragones, hadas, caballeros y magia, para Pete era una escapatoria de la cruda, cuadrada y aburrida realidad, donde el triángulo es un triángulo y un zapato es un zapato. La fantasía era fantasía por algo ¿No?, donde si quieres el color rojo puede ser violeta, donde los animales pueden hablar sin prestar atención a una realidad donde no pueden; sentir y experimentar emociones que quizá no vivirá en una realidad porque... el viaje en el tiempo no existe."

»"Por eso seguía con un gallardo ahínco, la novela negra es intrigante, escalofriante, cautivadora, soberbia, REALISTA. Ese era el problema para Pete, era demasiado realista para él. ¿Por qué querría buscar la realidad en un libro cuando tenía que lidiar con ella todos los días?".

Entonces la melodía como tono de llamada que había preterminado Beomgyu en su móvil resonó en el fondo de su mochila haciendo que levantase su cuerpo del contrario y dejara el libro en el regazo ajeno para movilizarse y proceder a contestar.

Era su madre.

El pelinegro se levantó y se alejó considerablemente del que yacía en el sofá a su espera, contestó la llamada y se llevó el móvil al oído.

¿Aún estás ocupado, cariño? —se escuchó la voz de la madre removiendo algunas cosas desde el otro lado de la línea.

—Mmm, ¿Por qué?

Ya son casi las diez, tu padre y yo debemos irnos al trabajo, podemos pasarte buscando de ida y volver a casa para dejarte.

—Uh... —echó su mirada hacia el castaño quien tenía alguna expresión extraña intentando enumerar cuantas páginas tenía el voluminoso libro—. Está bien.

Bueno, en cinco minutos salimos para allá.

El menor colgó, metió su móvil a su bolsillo derecho y caminó en dirección a su mochila, tomó esta guindándosela en los hombros y se recostó en el sofá nuevamente.

—¿Te vas?

—Sí —contestó Beomgyu.

—¿Por qué?

Beomgyu le miró sonriendo de lado mientras fruncía el ceño— ¿Cómo que 'por qué'? sólo tengo que irme, es tarde.

—¿No puedes quedarte un rato más?

—No, mis padres sólo pueden buscarme a esta hora.

—Podría pedirle a mi hermano que te lleve a tu casa —insistió el castaño haciendo ojos de cachorro—, en serio quiero seguir la lectura —puchereó haciendo que el menor sólo frunza el ceño aún más.

—No quiero molestar, Yeonjun.

—Anda, Gyu —insistió esta vez sacudiendo lenitivamente el hombro del otro.

—De verdad no puedo, Choi Yeonjun —comentó removiéndose del tacto del otro—, quizá luego.

Yeonjun apretó los labios y bajó la mirada por un segundo, se recostó rendido en el sofá e inhaló un poco de aire— Bien.

Beomgyu le miró con extrañeza— ¿Qué te ha parecido hasta ahora? el... libro —preguntó intentando romper el silencio incómodo que se formó cuando notó a Yeonjun algo triste, no era insensible, era humano después de todo, podía empatizar, y más con un Yeonjun demasiado, demasiado expresivo.

—Me gusta —soltó de repente volcando sus ojos hacia el pelinegro.

—Ves que puedes leer algo que no sean descripciones pornográficas.

—Okay, okay, sí —comentó riendo bajo, rindiéndose a su defensa con los argumentos de Beomgyu, no era total verdad, pero tampoco era del todo una mentira, no que él era un desquiciado mirando porno, pero a veces lo hacía como todo joven, era algo que quería inhibir porque no se sentía orgulloso de ello.

—Ya debo irme, Yeonjun hyung —llamó al aludido con el honorífico reconociendo que al mayor le gustaba que les llamara así debido a las reacciones que no podía ocultar tan fácil.

El mayor sonrió cabizbajo, alzó su mirada y le dedicó una cálida sonrisa al otro— Adiós, Gyu.

Entonces el mayor echó un leve bufido tirándose en el sofá cuando el menor empezó a dar zancadas a la salida, cerró los ojos apretujándolos.

—¡Hey! Choi Yeonjun —la voz del menor hizo que volteara inmediatamente permitiéndole divisar a Beomgyu sonriendo plenamente desde enfrente del escritorio de la bibliotecaria— pasa un feliz cumpleaños.

Y eso fue suficiente para que su cumpleaños fuera el mejor de todos.



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Disculpen lo corto. Juas. Es que el siguiente capítulo será algo largo y las cosas cortan aquí.

¿Cómo pasan su cuarentena? 

A veces me gustaría colocarles y bendecirles con una foto al principio pero mi internet no colabora y duraría cargando un milenio así que no.

Más tarde les publico el otro, creo, rueguen para que mi internet no me abandone again.

Iloveusomuchlittlies;)

His Little Anxiety™ © Yeongyu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora