CAPÍTULO XVI
Es un problemaCuando el pelinegro se perdió de la vista de Yeonjun, el mismo pudo divisar a un Soobin llegando con uniforme cotidiano a la cancha, con su mochila enganchada en sus hombros y su cabello un poco despeinado cortesía del viento que hacía ese día.
—¿Por qué carajos no viniste más temprano? —preguntó Yeonjun a su menor quien transformó su sonrisa en un ceño fruncido en cuanto Choi Yeonjun le regañó.
—Emm... —rascó su nuca intentando balbucear algo al más bajo— ¿Tenía que venir?
—No, Soobin —habló sarcástico.
—Lo siento, es que estuve ocupado, hyung —se excusó cabizbajo mientras sonreía sin vergüenza alguna.
—Ocupado durmiendo ¿No? —supuso Yeonjun mirándole con el ceño fruncido.
—Um, Junnie, ya olvídalo, no es para tanto —se quejó el más alto.
—Sí, como sea —echó un bufido al aire—, tenemos exámen mañana, ¿Estudiaste?
—Por supuesto; ¿Cómo crees que no? de hecho hasta está super fácil —sonrió escéptico.
—Yo no entendí mucho, Soobin, ¿Me ayudas?
—Eso sería copiarse y está mal según el reglamento de la-
—A la mierda con el reglamento, ayúdame y ya, no puedo reprobar química —le suplicó el mayor al más alto.
—Soy pésimo explicando cosas químicas, Junnie, mejor presta atención a las siguientes clases-
—¡No tengo las siguientes clases, Soobin!, el exámen es mañana y no puedo fallar —vociferó algo frustrado.
—Mira tutoriales por internet —sugirió despreocupado, pues claro, no era él quien reprobaría por cabeza dura.
—No-entiendo-los-tutoriales-de-internet —replicó con la mirada fija en su menor.
—Ay, Junnie, entonces dile a la profesora que te explique —dio su última sugerencia cansado.
—Ella me odia —refunfuñó entre dientes.
—Jódete, entonces.
—Jódete tú, maldita se-
—Joven Choi —comentó refiriéndose a Yeonjun— ¿Podría por favor moderar su vocabulario dentro de las instalaciones? —justo estaba de paso su profesora de guiatura, Miss. Han.
—Sí, lo siento, Miss. Han, no volverá a pasar —sonrió forzado.
La mujer con apariencia regia siguió su camino mientras Soobin simulaba vomitar a sus espaldas.
—Ya, respeta —le regañó Yeonjun a su menor— es la única profesora que me cae bien.
—¿Y si mejor nos vamos a clases ya? no vaya a ser que lleguemos tarde y esta vez te acompañe a detención, es lo último que quiero —se quejó Soobin mientras comenzaba a encaminarse hacia su aula correspondiente.
𖧵×𖧵
Choi Beomgyu estaba en casa; acababa de llegar de hecho.
Subió las escaleras que llevaban al segundo nivel de su casa, caminó hasta la última habitación del pasillo y se adentró a su cuarto encendiendo la luz y dejando sobre su cama su mochila.
Tomó de su organizado armario una toalla limpia, una camisa color vino holgada, unos pantalones negros cómodos, un bóxer del mismo color que el pantalón y unos calcetines cortos de color gris, tendió todo esto sobre su cama para posteriormente tirarse la toalla al hombro y entrar a su baño personal pasándole el seguro a dicha puerta.
Abrió la llave para dejar caer el agua fría mientras se desvestía.
Fue deshaciéndose de cada prenda, una por una, primero la franela sudada que portaba, la sudadera, los zapatos, calcetines y pantalones y por último su ropa interior.
Cuando se deshizo de las vendas ya manchadas de sangre frunció el ceño al mirar el estado en el que se encontraban, totalmente al rojo vivo, la razón era sencilla, si la herida no respiraba, no sanaba, y estas heridas habían estado mucho tiempo sometidas al calor y el apresamiento.
Miró el agua caer ya estando completamente desnudo, pensó... Iban a arder esas heridas bajo del agua, sí, iban a arder, a picar y él probablemente las rascaría.
Sin pensar un poco más, se metió de golpe bajo la ducha y se restregó todo el cuerpo con jabón de fragancia a limón, lavó su cabello azabache con shampoo y cuando ya estuvo seguro de que estaba pulcro, cerró la llave y se enrolló la toalla que había preparado alrededor de su cintura.
Se vistió rápidamente y tomó la ropa sucia que había dejado en su baño separando lo que se suponía que debía estar blanco con lo vinotinto, los pantalones los dejó en la cesta de su habitación ya que usualmente su madre iría por ropa para lavar todo junto y sería extraño no tener dichas prendas allí, su madre era muy cautelosa y se daba cuenta de hasta el más mínimo detalle.
Beomgyu debía hacer algo con las vendas y las manchas que dejaron en la sudadera, su madre no podía notarlo porque según ella, su hijo había superado la etapa en la cual se lastimaba los brazos. Técnicamente, no era verdad, aún lo seguía haciendo pero no de la misma forma que antes, ahora sólo pellizcaba y rascaba sus extremidades superiores buscando calmar su estrés e inquietud.
Entonces Choi tomó la prenda manchada con la sangre de sus brazos y la enrolló en la misma toalla con la que se había secado, su plan era llevarla hacia el cuarto de lavado para borrar algún rastro de algo que posiblemente sería la causa de su desgracia, y si su madre por casualidad estaba por allí y le notaba, diría que pondría a lavar la toalla, simple, sencillo, un plan que no podría fallar a menos de que Choi Beomgyu sea lo suficientemente torpe.
Se pegó mentalmente cuando al llegar se le cayó la toalla debido a los nervios justo en frente de la lavadora.
Estaba en graves, graves, graves problemas.
—Beomgyu, cariño ¿Qué es eso?
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His Little Anxiety™ © Yeongyu.
Fanfiction𝗛𝗟𝗔 | La ansiedad es semejante a cuando una persona que se ahoga se aferra a ti, quieres salvarlo, pero lo único que logras es hundirte con él. "¿Y si en lugar de querernos mucho, nos queremos bien?". 𝒊. Yeongyu. Cincuenta y nueve capítulos...