His Little Anxiety™ © Yeongyu.

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CAPÍTULO LIX
Cafuné Pt2

Recordaba que aquella mujer le había regañado muchísimo por su negligencia acusándolo de ser un chico grande que podía discernir entre lo que le hace bien y lo que no.

Ninguno supo qué hicieron con Beomgyu dentro de esa habitación con exactitud, pero resulta que unas horas después, el azabache estaba bien aunque la comezón en las mejillas no se le iba por completo.

—Un poco más y atenderte aquí no hubiese sido una opción, Beomgyu-sshi —comentó la mujer dejando pasar finalmente a Kang y a Yeonjun a la habitación.

La expresión del peliazul era tan impávida que alteraba el ambiente.

—¿Va a estar bien? —inquirió Taehyun obteniendo un asentimiento de parte de la mujer.

—Sólo necesita descansar.

Todos miraron a Beomgyu, él sólo se rascó una mejilla.

—Y si no quieres que te queden marcas, te recomiendo que uses alguna loción y no te rasques demasiado.

—Pero me pica... —rebatió él de inmediato.

—Pareces un niño pequeño, Beomgyu,  Dios... Haz caso y no te quejes tanto —señaló Taehyun para luego acompañar a la mujer hasta la salida.

Al parecer ella era una vecina de los Kang que ejercía profesión de enfermera.

Por otro lado, a Beomgyu le dolían los brazos debido a las inyecciones que recibió y la garganta de tanto toser, las mejillas le picaban y todo eso le había provocado una congestión nasal que no le permitía respirar bien.

Al menos tenía una moraleja, no obstante, eso no lo estaba viendo justo en ese momento.

—¿Te sientes mejor? —la voz de Yeonjun fue como.un arrullo mientras tomaba asiento a un lado de Beomgyu, pasando su mano con inseguridad por su cabello, peinándole hacia atrás.

—Sí, gracias.

—Perdón, Gyu, yo... No noté que... No debí sacar esa bolsa específicamente.

—Ya, la doctora me dijo que la culpa fue mía, no intentes echarte la culpa a ti, Yeonjun —Beomgyu rascó su mejilla.

—... ¿No te arrepientes?

—Sí, bueno; probé lo que quería y estoy medio feliz por eso, pero ya veo en dónde... Dónde... Lo siento —su tono de voz disminuyó, su semblante cayendo a uno opaco—. Arruiné las cosas...

—Gyu, no te preocupes por eso.

Beomgyu sintió sus ojos picar, amenazando con llorar, así que sólo se volteó tras escuchar aquellas palabras.

—Es que todo está bien ya ¿No? —siguió el mayor—, podemos hacer un postre juntos cuando estés mejor, ahora necesitas descansar.

Las palabras de Beomgyu habían pasado a ser inexistentes, el silencio había sellado sus labios y lo único que merodeaba en su cabeza eran tantas ideas incomprensibles, todo era culpa suya.

De momento sólo optó por darle la espalda al mayor, fingiendo dormir, cosa que, definitivamente el peliazul no se tragó, así que luego de unos minutos de dudar entre si ir próximo al menor, tomó asiento al borde de la cama, pasando con delicadeza su mano por la cabellera color ébano del más bajo.

Y empezó a propiciar caricias en aquel que dentro de unos minutos ya se hacía somnoliento debido a las múltiples caricias que las yemas de los dedos contrarios dejaban sobre su cabello.