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CAPÍTULO L
Ácido


De repente le había picado la garganta, tosió varias veces para cesar la sensación que le aprisionaba el vocalizar palabra alguna y así miró a Yeonjun con los ojos totalmente abiertos.

Ya lo sabía.

Hace poco que se había dado cuenta, pero escuchar a Yeonjun confesándolo, diciéndolo y afirmándolo con sus propios labios se sentía distinto.

Su estómago se contrajo, ese sentimiento... Otra vez.

Beomgyu parpadeó negando con la cabeza varias veces y así, forzó una sonrisa sin separar sus dientes.

—Yeonjun hyung —le llamó apacible el menor—. Toma una ducha, te prestaré algo de ropa.

Choi Yeonjun sintió que iba a vomitar, no esperaba que Beomgyu le declinara de forma tan descarada; se sintió... amargo.

Se limitó por asentir con la cabeza para levantarse a cumplir con lo que le sugería Beomgyu.

Así que fue hasta el baño del pasillo, Beomgyu le dejó una toalla y ropa para que se vistiera de una sola vez.

Entonces, Choi Yeonjun se metió en la regadera sin miedo del agua fría que corría por la misma, tallándose el cuerpo, alzando su mentón hacia la regadera; sintiendo como el agua feroz caía sin piedad sobre su piel.

—Chst.

Yeonjun miró hacia la ropa que Beomgyu había dejado en el recargo del lavabo... ¿Quién se vestía en el baño con el piso mojado?

Él no iba a vestirse en ese baño.

Se ató la toalla a la cintura y tomó la ropa colocándola en su antebrazo y caminando fuera del baño hasta la habitación de Beomgyu.

El pelinegro estaba recostado a lo largo de su cama sosteniendo su celular encima de su rostro mientras leía alguno de sus libros digitales.

Sin embargo, cuando su puerta se abrió y volteó su mirada hasta el recién llegado, sólo volvió a concentrarse en lo suyo sin decir nada.

Él lo ignoró, pero sus nervios no lo hicieron, y enseguida sus mejillas tomaron un color carmesí intenso a pese de que su rostro se hacía inexpresivo.

No dijo nada, y Yeonjun tampoco.

Así que el peliazul reprimiendo una sonrisa, procedió a vestir su cuerpo a presencia de su menor quien no volteaba su vista ni por un segundo.

—No me había dado cuenta que tenías ese bonito pijama —recalcó Yeonjun intentando que Beomgyu le mirase.

Pero ya estaba vestido en la parte inferior, sin preocupaciones.

—H-hyung... —Beomgyu sintió sus mejillas quemar intensamente, ese pequeño detalle se le había olvidado por tanto ajetreo en sus nervios.

—Te ves adorable —Yeonjun terminó de colocar la camiseta que se le fue prestada frente a Beomgyu quien tragó en seco y apartó su móvil para hacerle frente a su mayor.

—Yeonjun hyung; y-ya hay que dormir —titubeó masticando posteriormente su labio para sacar la cama que había guardado hace rato.

His Little Anxiety™ © Yeongyu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora