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CAPÍTULO XLI
Misceláneo

—¡Choi Yeonjun! —vociferó Taehyun con una gran sonrisa mientras se enseñoreaba bajando a las tres de la mañana del auto de sus padres.

Beomgyu hundió las cejas lenitivamente al ver como Taehyun y Yeonjun se abrazaban afectuosamente, como si fueran amigos de años y que luego de un largo período de tiempo sin verse, se reencontraron.

—¡Kang Taehyun! —y sonriente, el más alto le correspondió.

Intercambiaron palabras acerca de algún tema que Beomgyu desconocía así que este último aludido caminó de regreso a dentro de la casa dejando la puerta abierta para que los otros dos ingresaran.

Pero incluso luego de un rato, Taehyun y Yeonjun seguían hablándose fuera de la casa dejando a Beomgyu mirando a la nada sentado en el sofá en espera de los individuos.

¿Desde cuándo se trataban así?

Pasó un lapso corto de tiempo, no obstante, Beomgyu sintió eterno el paso de aquel y enseguida quiso hacer amague de levantarse con el fin de asomar su mira hacia afuera en busca de los castaños.

Pero se contuvo, y mordiendo su labio inferior tomó su celular ingresando a Facebook donde miró los pocos mensajes que tenía, alguno de sus primos dándole un feliz año nuevo por parte de sus abuelos; alguno antiguo de Taehyun diciéndole lo mismo, e incluso tenía un mensaje en la bandeja de desconocidos, era un árabe, ugh.

Y justo cuando entró por curiosidad al chat, se encontró con unas letras extrañas que él no podía entender y más abajo una imagen; sí, recordaba que a ese tipo de imágenes de llamaban "foto-polla".

Y qué asco.

—¿Qué miras, Beomgyu? —le sorprendió Taehyun abrazándole por los hombros, espiando un poco más allá de lo que veía Beom.

Ja, justo cuando no quería que nadie llegara, pero ese tipo de cosas eran impredecibles. Impredeciblemente bochornosas si te pillan.

—Uh... Nada —musitó el pelinegro examinando a su alrededor—. ¿Y Yeonjun? —inquirió al no percibir al mencionado en su campo visual.

—Oh, él... me dijo dos cosas, primero; que lo despidiera en lugar de él mismo, su madre vino a buscarlo y pues... Tuvo que irse.

—Ouh... Entiendo —sonó algo desilucionado.

Esperaba que la prisa que tuviera su madre como para llevárselo sin siquiera darle oportunidad de despedirse no fuera por algún mal motivo.

—Lo segundo es más... Que te diera algo, dijo que iba a dártelo antes, pero... Se ridiculizó ¿Sabes? Espera- Acabo de recordar... ¡Cuéntame cómo fue! —chilló pasándose a sentar al sofá de un salto y enseguida dejó la pequeña bolsita que cargaba en manos a un lado suyo.

—¿Cómo fue qué...?

—¡El beso! No te hagas el idiota porque no eres, aunque a veces lo dudo por lo antiparabólico que puedes llegar a ser.

Enseguida ese rubor se hizo presente en sus pómulos, su corazón dio una punzada y empezó a bombear sangre más de lo normal.

His Little Anxiety™ © Yeongyu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora